Se estima que de cada 100 personas, entre 6 y 13 utilizan el lado izquierdo de su cuerpo. Es decir, son zurdos. Esta población emplea al revés instrumentos como abrelatas, libretas o tijeras, obligándolos a adaptarse a objetos, diseñados para personas diestras, para realizar sus actividades cotidianas.
Ser zurdo ¿una cuestión social o biológica?
Irma Yolanda del Río Portilla, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala que existen diversas teorías sobre los zurdos, desde las enfocadas a la genética hasta investigaciones basadas en la presencia de testosterona y lesiones al nacer. Sin embargo, no se cuenta con resultados concluyentes.
Del Río Portilla ha trabajado a partir de la hipótesis de la simetría y lateralidad cerebral. Afirma que por cuestiones históricas y culturales se ha privilegiado el uso de la mano derecha.
No obstante resalta, la clave de la existencia de los zurdos está en el cerebro. Es en el centro del sistema nervioso, donde se controlan las funciones del cuerpo de manera cruzada. En los individuos diestros, el hemisferio izquierdo es el dominante, mientras que en los zurdos es el derecho.
Zurdo
En el Laboratorio del Sueño de la Facultad de Psicología, la investigadora ha registrado la actividad cerebral de personas totalmente diestras y zurdas para determinar las zonas cerebrales implicadas en habilidades cognitivas.
De acuerdo con resultados preliminares, existe una diferencia significativa entre diestros y zurdos a nivel del lóbulo parietal.
Dicha zona está relacionada con las habilidades espaciales necesarias para analizar los objetos y el entorno que nos rodea, básicas en actividades como la escritura, la lectura de mapas y ubicación corporal.
Asimismo, se ha encontrado que las personas zurdas trazan el número cero y la letra O de arriba hacia la derecha, lo que podría indicar que su organización cerebral es distinta en términos de habilidad espacial.
¿Los zurdos son mas inteligentes?
Si bien existe el mito de que los zurdos son más inteligentes, Irma Yolanda del Río, afirma que se trata de una capacidad diferente de adaptación, debido a que para realizar sus tareas requieren utilizar ambas manos.
La especialista de la UNAM prevé que a mediano plazo su investigación estará orientada a determinar qué partes del cerebro están involucradas en las tareas realizadas; así como a ubicar la localización de las habilidades espaciales y las capacidades motoras.
Finalmente, recomendó a los profesores de los primeros grados de educación básica a vigilar los trazos de sus alumnos a fin de detectar qué mano prefieren para escribir. De esta manera, en vez de obligarlos a utilizar la mano derecha, podrán desarrollarse de acuerdo a sus capacidades.
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