El Yoga Egipcio, desarrollado por Babacar Khane es un fascinante método de enseñanza que ha ganado popularidad debido a su accesibilidad y adaptación al estilo de vida occidental.
Descubre el Yoga Egipcio: Una práctica ancestral de la mano de Babacar Khane y su relación con la civilización occidental
A diferencia de otras formas de yoga, este enfoque no requiere una flexibilidad extrema, lo que lo hace adecuado para personas de todas las edades y niveles de condición física. Si bien se suele asociar a Egipto con su antigua civilización, sus pirámides y faraones, pocos conocen su conexión con el yoga.
Egipto ha sido una fuente de conocimientos en diversas áreas, incluyendo medicina, matemáticas, arquitectura y sorprendentemente, filosofía. Muchos de los fundamentos filosóficos en los que se basa la civilización occidental tienen raíces en el legado egipcio transmitido a través de Grecia.
El descubrimiento de la conexión entre Egipto y el yoga fue realizado por Babacar Khane durante sus investigaciones en compañía de su esposa Geneviève.
Explorando las tumbas de Ptahhotep y Akhtihotep en Saqqara, se encontraron representaciones de posturas de yoga similares al Hatha-Yoga de la India, datadas alrededor del 2600 a.C.
Además, descubrieron otras representaciones de diversas posturas en diferentes lugares, como la postura del cobra real en la tumba de Zenet y Antekofer, que data del 1950 a.C., y la postura del arado en una capilla del templo de Dendera, de la época tolemaica.
Estos hallazgos evidencian la presencia del yoga en el antiguo Egipto, lo cual apunta a la universalidad de esta disciplina milenaria. Babacar Khane sostiene que el yoga ha estado presente en todo el mundo y que sus orígenes se remontan al inicio de la vida animal, como se indica en la legendaria historia de los avatares de Vishnu.
El reconocimiento de actitudes y posturas yoguicas en las estatuas de los colosos faraónicos refuerza la idea de que el yoga era practicado de manera formal en el antiguo Egipto. Estas actitudes, ya sean de pie o sentadas, requerían un control del cuerpo y una intensa concentración, características fundamentales del yoga.
El Yoga Egipcio, basado en estos descubrimientos, ha ganado seguidores en todo el mundo debido a su enfoque holístico, que combina posturas físicas, técnicas de respiración y meditación.
Este método único de enseñanza permite a las personas occidentales adentrarse en la rica tradición del yoga egipcio, conectando con su propia esencia y aprovechando los beneficios para el cuerpo y la mente.
Misterios del Yoga Egipcio: Un Vínculo entre el Arte Milenario y las Antiguas Prácticas Indias
En el fascinante mundo del arte egipcio, una postura se destaca: el perfilado del tronco, la cara, la cabeza, los brazos y las piernas.
Para el renombrado experto en yoga Babacar Khane, esta postura característica es una torsión que guarda similitudes con las posturas de torsión indias, como la Matsyendrasana.
En su revelador libro, «El Yoga de los Faraones«, Y. B. Khane y G. Khane destacan que el antiguo Egipto comparte con la India el concepto de dualismo y la necesidad de trascenderlo.
Ambas culturas reconocen que el yoga, cuya raíz etimológica proviene del sánscrito «yuj», significa «unión»: la unión de Ha y tha. Ha simboliza la energía solar activa, mientras que tha representa la energía lunar pasiva.
Resulta asombroso descubrir que la palabra «yoga» encuentra un sinónimo en el antiguo egipcio: «siembro», que también significa «unión». Lo más notable es que la palabra «siembro» se representa mediante un jeroglífico que simboliza la tráquea y los pulmones.
Para aquellos familiarizados con la importancia que los yoguis otorgan a la observación y el control de la respiración, el uso de la imagen del sistema respiratorio para transmitir la idea de unión no puede ser meramente coincidencia.
Estos hallazgos revelan una conexión sorprendente entre el arte egipcio y las antiguas prácticas de yoga. El perfilado característico de las figuras en el arte egipcio refleja una sabiduría ancestral que ha trascendido a través de los siglos.
El Yoga Egipcio nos invita a explorar la rica historia de esta antigua disciplina en un contexto inesperado. Mientras nos sumergimos en las posturas y la filosofía del yoga, encontramos paralelismos entre civilizaciones distantes y descubrimos una profunda conexión entre el antiguo Egipto y la India.
Estos vínculos entre el yoga y la cultura egipcia nos inspiran a explorar aún más las raíces universales de esta práctica milenaria. A medida que profundizamos en el mundo del yoga egipcio, desentrañamos los enigmas de las antiguas civilizaciones y nos acercamos a nuestra propia esencia a través de la sabiduría y la unión que esta disciplina nos ofrece.
El Jeroglífico Siembro: Un Símbolo de la Unión de Dos Tierras en el Yoga Egipcio
El jeroglífico «siembro» ocupa un lugar central en uno de los grandes motivos simbólicos del antiguo Egipto: el «siembro taouy».
Este término hace referencia a la reunión bajo el poder del faraón de las Dos Tierras, es decir, los dos reinos del Alto y Bajo Egipto. Sin embargo, según los reconocidos expertos en yoga y egiptología, G. y Y. B. Khane, este motivo trasciende lo meramente histórico y geográfico, adquiriendo una dimensión espiritual.
Según los Khane, el antiguo Egipto simbolizó, a través de la figura del faraón, al hombre capaz de armonizar en sí mismo los dos polos de la energía.
Estos polos están representados en la mitología y los símbolos egipcios por múltiples pares de opuestos: los dos hermanos enemigos, las dos hermanas, los dos reinos, las dos serpientes, los dos pulmones, los dos cetros, las dos coronas, entre otros.
La técnica del Yoga Egipcio, con sus posturas verticales y secuencias dinámicas, resulta especialmente adecuada para el occidental contemporáneo. Este enfoque del yoga puede ser practicado a cualquier edad y ofrece una serie de beneficios:
- Ayuda a tomar conciencia del cuerpo y mejorar la coordinación de los movimientos.
- Revitaliza todo el organismo y optimiza su funcionamiento.
- Enseña a canalizar la energía de manera efectiva.
- Mejora las funciones cerebrales al centrar la atención, potenciar la memoria y aumentar la concentración.
- Facilita el desarrollo de tareas laborales de manera más rápida y eficiente.
- Constituye un sistema de reeducación postural, promoviendo una mejor recuperación de la locomoción en casos específicos.
Estos aspectos del Yoga Egipcio nos permiten comprender cómo esta antigua disciplina puede ser una poderosa herramienta para el bienestar físico, mental y espiritual.
Al explorar la conexión entre el jeroglífico siembro y la unión de los opuestos, nos sumergimos en un camino de armonía interior, desarrollando una comprensión más profunda de nosotros mismos y nuestro entorno.
El Yoga Egipcio nos invita a experimentar la magia ancestral de Egipto mientras nos embarcamos en un viaje de autorrealización y equilibrio.