Cuando Kiyoko Matsumoto se lanzó al cráter de un volcán en 1933, no imaginaba que con su salto al vacío estaba iniciando una fatal tendencia que luego imitarían cientos de jóvenes.
Volcán de los amantes suicidas en Japón
El suicidio de la estudiante japonesa de 21 años se convirtió en una sensación mediática y Matsumoto instantáneamente se volvió un símbolo de identidad nacional, la precursora de una ola de “haraquiris” que superó los cientos de muertes y otros miles de intentos fallidos.
En la década de 1920, el cráter volcánico del monte Mihara en la isla de Izu Oshima, ya era un conocido sitio entre los amantes suicidas; pero el plus de popularidad lo ganó con la historia de la joven.
Todo parece indicar que Matsumoto se sintió atraída por su compañera de estudios Masako Tomita, y se lo declaró en una conmovedora carta donde también confesaba:
—Ya no puedo soportar esta tensión. ¿Qué debo hacer? Quisiera lanzarme a un volcán.
Lo que pudo haber sido una apasionada metáfora se convirtió en una obsesión y Tomita conocía el lugar perfecto para cumplir al pie de la letra tal gesto romántico.
Como en la cultura japonesa las relaciones homosexuales eran consideradas tabú y a través del suicidio se recuperaba la honra, las chicas viajaron juntas a la isla para que Matsumoto se quitara la vida.
Kiyoko Matsumoto
La nota de despedida fue publicada en todos los periódicos, las agencias de prensa le sacaron el jugo a la historia, Kiyoko Matsumoto se convirtió en una celebridad y el monte Mihara muy pronto comenzó a atraer a turistas y curiosos.
Para beneficiarse del nuevo boom de Izu Oshima, la compañía de buques de vapor Tokyo Bay Steamship Company abrió una línea que viajaba diariamente a la isla y el borde del monte Mihara fue bautizado con el nombre de: Punto de Suicidio.
Los visitantes que deseaban llegar al volcán podrían subir la empinada montaña y desde allí mirar el escenario de los suicidios masivos. Aunque las autoridades comenzaron a alarmarse por los altos índices de muerte, al principio hicieron poco para disuadirlas; además, el suicidio no era ilegal bajo la ley japonesa.
Sólo en 1933, 944 personas (804 hombres, 140 mujeres) se lanzaron al cráter, y en los dos años siguientes la cifra fue de 350 muertos y 1,386 intentos de suicidio, al extremo de que muchos turistas y locales viajaban hasta el monte Mihara por el morbo de ver a la gente saltar.
Suicidios del monte Mihara
La epidemia de suicidios del monte Mihara terminó gracias a las medidas de seguridad tomadas por las autoridades, entre ellas hacer ilegal la compra de un billete de ida sin regreso a la isla.
Alimentado por este mito, el monte Mihara también se ha convertido en un fatídico símbolo en el mundo del cine: este fue el lugar donde el gobierno japonés encarceló a Godzilla en la película The Return of Godzilla.
Y en la novela adaptada Ring, de Koji Suzuki, este es el lugar donde Yamamura Shizuko, la madre de Sadako Yamamura, se quitó la vida.
¿El suicidio obedece a causas metagenealógicas?