En una ocasión el Rey Adrianus fue con su ejército a luchar contra otro país. En el camino encontró a un viejo plantando árboles de higo. Le preguntó el Rey al viejo: “¿Para qué haces eso? ¿Estás tan viejo y estás plantando árboles para los demás?
Tu Bishvat – Sembrando el presente
Le contestó el viejo: — Señor Rey, lo importante es que estoy plantando. Si tengo el honor, podré comer de estas frutas, si no, mis hijos lo harán.
Pasaron tres años y regresó el Rey Adrianus por el mismo camino y vio una vez más al mismo viejo en el mismo lugar. Este viejo tomó un plato con higo, se lo acercó a Adrianus y le dijo:
— Señor Rey, recibe este regalo para ti, soy el mismo viejo que viste hace tres años, ahora puedes ver que no solo puedo disfrutar de las frutas que me dio este árbol, sino que también te puedo ofrecer a ti.
Es así que podemos aprender que el hombre no debe de dejar de plantar, no importan los resultados. Así como el mundo está construido, debes de seguir construyendo independientemente de los resultados.
(Midrásh Tanjuma)
Tu Bishvat – Sembrando el futuro
Desde que el algarrobo es una planta joven hasta que da fruto pasan setenta años (Talmud de Babilonia Berajot 8a) Joni, el maaguel, iba por un camino cuando vio a un hombre que estaba plantando un algarrobo.
Le dijo: «¿Cuantos años tardará en dar fruto este árbol?»
El otro le contestó: «Setenta años.»
Le dijo: «¿Y tú esperas realmente vivir setenta años más y comer de él?»
Le respondió el hombre: «Yo ya encontré un mundo con algarrobos, que mis padres habían plantado para mí – Así, ahora yo planto para mis hijos.
(Talmud de Babilonia, Ta’anit 23a)
Tu Bishvat Fiesta de los Árboles