Si eres una mujer emprendedora, dinámica que trabaja duro para superarse a nivel profesional y personal, y tienes un ardiente deseo de triunfar pero sientes que te falta algo para ser totalmente exitosa, esta columna te caerá como anillo al dedo.
Tres ingredientes imprescindibles para triunfar
Cuando buscas lo que necesitas para lograr el éxito, siempre te dan los mismos consejos trillados:
- Se positiva
- Tienes que ser disciplinada
- Debes trabajar duro
- Aprende a manejar tu tiempo
- Se organizada, etc…
Es cierto que estas cualidades son necesarias para superarte pero no son las que te darán ventaja sobre otros. Hoy no te voy a dar esas recomendaciones cliché que has oído mil veces. Voy a compartir tres ingredientes imprescindibles para triunfar.
Sé astuta
Procura ser y estar lista, mantente alerta y con las “antenitas paradas”. Debes estar pendiente de todo a tu alrededor para descubrir las buenas oportunidades y que otros no se adelanten o tomen ventaja de ti.
Sé atrevida
Cuando quieras o necesites algo para progresar en tu trabajo, vida o negocio, no tengas miedo en pedirlo y exigirlo. Lo peor que puede pasar es que te digan que no. Si te lo niegan lo vuelves a pedir de otra forma. Tu insistencia y tenacidad hará que otros vean en ti el potencial de éxito que tienes.
Se llamativa
No me refiero a que te pongas un vestido fosforescente o que luzcas como una Miss Universo, pero tu “look” debe radiar porte y presencia. Viste de tal manera que emanes elegancia y seguridad en ti misma. La mujer exitosa siempre se arregla, viste bien y llama la atención porque su aura refleja éxito.
Carismática
Demuestra que tienes chispa, eres espontánea y divertida. Una mujer carismática trasmuta ser capaz de aportar soluciones y se le abren más fácil las puertas que a una tímida con mil diplomas.
Recuerda que el solo hecho de ser mujer te hace poderosa, y si agregas estas conductas a tu vida diaria alcanzarás todo lo que te propongas.
Decreto del Tubo de Luz — Protección metafísica poderosa
Si usas el decreto que te voy a dar a continuación, el repetirlo durante la mañana, en la noche y si puedes las veces que te acuerdes con el tiempo crearás una capa en tu aura imposible de traspasar, solo la luz de Dios podrá tocarte por ley de causa y efecto.