Cinco sugerencias para mejorar la piel
Después de repasar algunos síntomas comunes y los conflictos que pueden causarlos, veamos cómo podemos mejorar la salud de nuestra piel siguiendo 5 sugerencias muy sencillas cada día.
Nuestra piel necesita atención y cuidados por razones distintas a las estéticas. Mantener la piel fuerte y sana ayudará a disminuir los síntomas que puedan surgir cuando el conflicto esté activo.
Anímate aprendiendo a controlar el estrés
La salud del cerebro y de los intestinos está directamente correlacionada con el estado de la piel.
Es un punto en el que los desequilibrios de los acontecimientos de la vida se hacen evidentes, en el que dejas de interactuar con los demás porque es intolerable, y en ese punto experimentas simultáneamente lo intolerable y la desconexión.
Aprende que el contacto con la piel tiene un efecto antiestrés e induce un estado de calma en el sistema nervioso, lo que significa que las intervenciones que implican el contacto con la piel apaciguan directamente el conflicto u operan para disminuir su intensidad.
Rodar por el suelo o por la arena cubiertos con una toalla, enrollarse y desenrollarse, exponerse al sol, las caricias, la activación sensorial con objetos, el contacto con objetos de diversas temperaturas, el movimiento de las articulaciones y su piel, y cualquier actividad que implique un contacto físico.
La piel frena la acción del eje central del estrés, disminuye la secreción de cortisol y potencia la secreción de serotonina (también vinculada al intestino).
Evita disputas recurrentes
Debido a la exposición de la enfermedad, con frecuencia aparece el sufrimiento o la humillación asociada a la imagen. Aquí, la primera distorsión mental en el tratamiento de la enfermedad es sentirse culpable por lo que se «ve» y es desfavorable.
Es fundamental identificar el conflicto principal de la culpa y alterar cualquier creencia relacionada.
Recordar que los trastornos de la epidermis surgen una vez curada la separación y que hay que tener paciencia durante el tiempo de reparación de los tejidos es otra idea interesante.
Ten en cuenta también que las diferentes épocas del año hacen que la piel absorba más humedad o se vuelva más seca. ¡Obsérvalo! La unión íntima, tan importante en las personas que se sienten separadas, puede sentirse prestando atención a lo que ella transmite.
Marcará el tono que requiere nuestra atención para potenciar su hidratación o humectación en función de su textura, color y aspecto general. Además, aumenta la ingesta de frutas y verduras según la temporada.
Mantén la hidratación y nutrición de tu piel
El objetivo principal de la hidratación de la piel es hidratarla desde dentro hacia fuera. Además, la hidratación tópica de la piel con lociones ligeras sin parabenos ni productos químicos, aceite de coco, aceite de almendras y aceite de oliva puede considerarse un método para proporcionar humedad.
Se puede sentir el tacto incluso cuando no se aplica nada de forma tópica.
El agua nos aporta minerales que ayudan a limpiar el cuerpo, a eliminar las impurezas y a hidratar la piel. La piel se vuelve menos elástica y se siente áspera si la capa más externa de la epidermis no tiene suficiente agua.
A pesar de esta relación, la Clínica Mayo de Estados Unidos señala que no hay pruebas que demuestren de forma concluyente que el aumento del consumo de agua afecte a la hidratación o al aspecto de la piel.
Por otro lado, tener una piel sana está significativamente influenciado por el intestino. El intestino delgado es sensible a todas las cosas de la vida que nos resultan repugnantes. Lo que no se puede soportar, tolerar o aguantar nos ocurre y vivimos mal.
Se siente como si el estómago estuviera perturbado, y esto hace que el eje del estrés se desequilibre, lo que, como vimos anteriormente, tiene un efecto significativo en la salud general y en la piel en particular.
La nutrición integral es un factor que mejora notablemente la salud de la piel; la alimentación afecta directamente a toda la salud, no solo a la de la piel.
La dieta debe incluir platos llenos del color que ofrecen las verduras y las frutas, complementados con proteínas y elementos diversos como carbohidratos, aceites vegetales, lácteos, semillas, etc. Esto se suma a una hidratación suficiente.
El secreto es prestar atención a tu cuerpo y dejar que te diga qué nutrientes necesita para rendir al máximo. Una piel sana, radiante, hidratada, sedosa y flexible irradia de un cuerpo bien alimentado.
Ponte en sintonía con tu piel y cuídala
Conoce mejor tu piel reconectando con ella. Haz de cada ducha un encuentro placentero con tu piel, lavándola con delicadeza y masajeando cada zona después de aplicar una crema o loción hidratante.
Esfuérzate por desarrollar una relación más estrecha con tu piel, cuidándola, abrazándola y abrazándote a ti mismo a través de ella.
Tanto los hombres como las mujeres confiesan que no se lavan la cara antes de la noche (54%). Antes de retirarse a la cama, es importante limpiar el rostro del polvo acumulado durante el día y, sobre todo, establecer un último contacto físico íntimo que induzca a los dulces sueños.
Se aconseja utilizar un jabón suave para lavar la piel. Escoge uno que sea lo más natural posible, libre de sustancias tóxicas y perfumado con el aceite esencial que elijas; además de lavar, higienizar e hidratar tu piel, la dejará con un olor fresco. Evita usar exfoliantes que solo irriten tu piel, como el azúcar o los exfoliantes de grano fino.
Ten en cuenta tus pies. Esta parte del cuerpo, que nos soporta la mayor parte del día, tiene una consistencia diferente y necesita un cuidado especial para evitar la descamación y el engrosamiento.
Aplicar una crema hidratante por la noche es fundamental, así como utilizar calcetines de algodón sin costuras y no demasiado apretados.
Evitar la exposición excesiva al sol
A pesar de muchas críticas, el sol es bueno para la piel y el cuerpo en general. Entre ellas:
Al estimular la cicatrización de ciertas lesiones, ayuda en la prevención y el control del acné. Además de aumentar la cantidad de glóbulos blancos (linfocitos y neutrófilos), reduce el colesterol al metabolizarlo.
Contribuye a la producción de vitamina D en nuestro organismo, necesaria para la mineralización de los huesos y los dientes. Favorece la producción de serotonina, que está relacionada con la felicidad.
Conectar con tu piel a través de la meditación
Para poner en práctica lo comentado anteriormente, empieza por reconocer tu piel como un componente de tu ser y darle el lugar que le corresponde con la meditación que te he preparado. Te aconsejo que lo hagas en un lugar sin ruido de fondo ni otras distracciones. ¡Acógete a ella!
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Con información del Instituto Ángeles Wolder