La terapia magnética es un tratamiento por medio de la aplicación de campos magnéticos (imanes) en forma local o general, su uso puede ser curativo o preventivo y principalmente se emplea para aliviar dolores.
Terapia Magnética — Tratamientos por medio de campos magnéticos
La teoría básica es el uso de ondas magnéticas que atraviesan los tejidos, estas llegan a nuestros órganos internos y a nuestro sistema circulatorio, equilibrando la energía general del cuerpo y logrando una activación de las funciones orgánicas naturales de este.
Tiene la ventaja de ser auto-aplicable, no invasiva y sin efectos secundarios.
Se ha observado que mediante la terapia magnética muchas personas encuentran una solución a dolencias que no habían podido sanar por largo tiempo, adicionalmente se logra regular el metabolismo del organismo así como el potencial de hidrógeno (PH).
Entre los principales beneficios se destaca el incremento de la circulación, energizando y oxigenando la sangre, lo que a su vez, estimula el proceso natural de sanación del cuerpo.
Su amplio rango de aplicaciones abarca tratamiento para la artritis, sanación de heridas, daños al sistema nervioso, síndrome del túnel carpiano, dolores por fracturas y las tan comunes y molestas jaquecas.
Recientemente en las últimas conferencias, se han presentado progresos en el tratamiento de la fibromialgia y en el desorden del déficit atencional, inclusive esta terapia ha sido exitosa tratando los síntomas del stress, pero por sobre todos los estudios específicos, no cabe ninguna duda en su efectividad para aliviar los dolores.
¿Cómo alivian el dolor los Imanes?
Los vasos capilares son la clave para entender cómo los imanes alivian el dolor. Los capilares son los reguladores del flujo sanguíneo en todo el cuerpo, siendo estos las extensiones más pequeñas de los vasos sanguíneos, poseen tan finísimas paredes que el oxígeno y la glucosa pueden atravesarlas y llegar hasta las células.
Al igual que los gases respiratorios, los nutrientes y el resto de las sustancias que transporta la sangre.
Asimismo los productos de desecho como el dióxido de carbono, pueden regresar a la sangre para ser eliminados del organismo. El fino tejido sanguíneo se conforma dependiendo de la cantidad de vasos capilares que estén fluyendo; cuando se relajan sus paredes permiten que la sangre fluya más libremente.
Aplicar campo magnético
Al aplicar un campo magnético a nuestra estructura muscular, esta se relaja, logrando así una notable mejora en la circulación sanguínea. Esto nos ayuda a calmar el dolor por medio de la aceleración en el intercambio de fluidos del tejido dañado, logrando así disminuir la inflamación.
Algunos elementos tales como el ácido láctico, que son los responsables mayormente del dolor y la inflamación, son drenados del sistema al hacer más eficientes los procesos vitales en el área afectada.
Es como si los procesos naturales del sistema repentinamente se hicieran más eficientes, como si todos los líquidos indeseados fueran limpiados de una sola vez con un chorro de agua.
En la mayoría de los casos esta intensificación del metabolismo no sólo elimina el dolor, sino que también estimula al cuerpo en su proceso natural de sanación en forma más rápida, puesto que provee de oxígeno y de otros nutrientes a las células de cada uno de los órganos.
Acelerando esto progresivamente a medida que el flujo sanguíneo aumenta en cantidad y calidad. Una mejor irrigación trae mayor vitalidad y nutrientes, el O2 inhibe decenas de agentes infecciosos, bacterias (elicobacter pilori), hongos, parásitos y virus…
¿Cómo nos afectan los imanes?
La capacidad de los campos magnéticos de proveer tantos beneficios clínicos, sugiere que su modus operandi es a un nivel muy básico de las funciones celulares.
Esto es confirmado por estudios que demuestran que el magnetismo altera la dinámica del calcio, potasio, sodio y de otros iones transportados a través de las membranas celulares, por ende, esto puede tener profundos efectos en el sistema de enzimas esenciales que influyen en la producción energética.
Las enzimas son la esencia de la vida; sin ellas no hay funcionamiento orgánico y su disminución funcional es causa de notorio deterioro físico.
Aunque son más conocidas por su papel en la descomposición de las comidas, también desempeñan muchas otras funciones, destruyen las toxinas y los radicales libres en el hígado y en la corriente sanguínea, permiten que las vitaminas, los minerales y los aminoácidos se conviertan en bioquímicos vitales en el cuerpo y participan en la producción de la energía, entre otras funciones.
Son complejos biológicos clasificado por lo general como catalizadores, aceleran las actividades que sin ellas serían demasiado lentas para ser efectivas.
El cuerpo humano cuenta con miles de enzimas diferentes, todas las cuales aceleran la velocidad de las reacciones químicas dentro de cada célula, para que estas puedan realizar sus funciones. Sin las enzimas, el cuerpo no podría sobrevivir.
Tratamiento del Dolor
El mayor uso terapéutico que se le da a los imanes es para el tratamiento del dolor, especialmente el de la artritis degenerativa (u osteoartritis), lesiones deportivas y dolores crónicos.
La clave para el tratamiento de estas dolencias es el control del dolor, ya que en muchos casos no existe una curación definitiva, producen efectos invalidantes y en el caso de la artritis, los depósitos de calcio seguirán en las articulaciones.
Sin embargo son muchas las dolencias en las cuales los imanes pueden ayudar en su tratamiento: diabetes, alteraciones de nivel de insulina, dismenorrea, infertilidad, parálisis cerebral, desorden y déficits atencional, osteoporosis, síndrome de fatiga crónica, insomnio, asma, artritis, migraña, trastornos de memoria, arteriosclerosis, túnel carpiano, codo de tenista, colesterol alto, fibromialgia y heridas abiertas.
Magnetoterapia
Adicionalmente millones de personas se benefician de los efectos positivos de la magnetoterapia en forma preventiva y para su bienestar frente al cansancio, falta de energía, stres, dolores de cabeza, dolor de espalda, dolores articulares, problemas circulatorios, visión cansada y las fracturas y heridas que sanan en la mitad del tiempo normal.
Cada persona tiene características de energía magnética que no solo difieren entre dos individuos, sino que varían en las diferentes partes del cuerpo y en los diferentes cambios de estado de salud.
La terapia magnética reforzada por cambios en el estilo de vida, una nutrición balanceada y ejercicios, pueden contribuir en gran parte a hacer más soportable los síntomas, logrando así una buena calidad de vida frente a dolencias crónicas.
Efectos producidos por los campos magnéticos
- Aumenta el oxígeno en las células.
- Reduce la retención de líquidos y gases.
- Estimula y restaura el sueño profundo.
- Combate la infección y ayuda a la curación biológica.
- Reduce la inflamación.
- Normaliza el balance ácido / base (PH).
- Mitiga y quita el dolor.
- Promueve la agudeza mental y el razonamiento.
- Promueve el efecto de tranquilidad.
- Reduce los depósitos de calcio y grasa en huesos y articulaciones.
- Tiende a normalizar la presión sanguínea.
- Ayuda a limpiar el colesterol y/o triglicéridos en arterias y venas.
- Elimina los excesos de polaridad tendenciosa en el organismo generada por la influencia de las emisiones electromagnéticas de aparatos electrodomésticos (transformadores, TV, cableados, hornos de microondas, celulares, etc.) los cuales emiten solamente polo (+) alterando los niveles de pH y energéticos normales lo cual puede traer y mantener enfermedades sobre todo infecciosas. Al ser estabilizados los niveles de pH, se facilita la actuación de los anticuerpos naturales del organismo (linfocitos) ayudando a que la enfermedad principal sea controlada en su totalidad.
La NASA reconoce la influencia de los campos magnéticos sobre la salud desde que la investigación espacial puso de manifiesto lo que ocurre cuando un hombre deja de sufrir la atracción del campo magnético terrestre durante un tiempo prolongado, tras el regreso de los cosmonautas rusos, los científicos notaron que sufrían osteoporosis, así como una fuerte depresión.
La introducción de campos magnéticos artificiales en las naves espaciales permite reducir claramente estos fenómenos. Desde entonces, cinco millones de americanos, entre los que se encuentran Bill Clinton y Sir Anthony Hopkins, confían en los efectos de la magnetoterapia.
La U.S. Food and Drug Administration basada en estudios toxicológicos, ha declarado oficialmente que la aplicación de energía magnética no tiene ningún riesgo para la salud. Desde 1978, la FDA acepta la utilización de aparatos electromagnéticos para atenuar los dolores, en especial los causados por fracturas.
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