Tercera Ley Fundamental de la Estupidez Humana (ley de oro)
Estúpido es quien causa daño o pérdida a otra persona o grupo de personas sin obtener al mismo tiempo provecho para sí, o incluso obteniendo perjuicio.
Las ganancias o pérdidas derivadas de nuestros intercambios resultan en un cuadrante donde se ubican cuatro tipos de personas: incauto, inteligente, estúpido y malvado.
Inteligente es quien obtiene ganancia propia y proporciona ganancia a los demás. Malvado es quien obtiene ganancia a costa de las pérdidas de otros. Incauto es quien pierde proporcionando ganancia a otros. Y estúpido es quien pierde y hace perder a los demás.
Es normal que a una persona mentalmente equilibrada le cueste comprender al estúpido. Puedes entender la lógica del inteligente. Puedes entender la lógica del malvado (un malvado persigue un beneficio sin escrúpulos). También puedes entender al incauto: sus acciones le hacen perder y otros ganan.
Frente al malvado es posible levantar defensas: puedes prever por dónde te va a atacar. Frente al estúpido no hay defensas que valgan: sus acciones no buscan el beneficio propio. El estúpido es tan impredecible como inoportuno.
Si el 100% de la población fuera malvada, el mundo no colapsaría: no habría una pérdida neta (la contrapartida es que tampoco habría ganancia o progreso). No todas las personas están todo el tiempo en uno de estos cuadrantes.
No todo el mundo es inteligente todo el tiempo, ni incauto todo el tiempo. En función del resultado promedio de sus intercambios, las personas se sitúan en algún punto de este plano cartesiano.
El malvado perfecto es aquel cuyo beneficio neto iguala exactamente la pérdida neta de su víctima. El ejemplo común sería el del ladrón que roba 100 pesetas y cuya víctima pierde exactamente 100 pesetas.
Claro que esta es una situación ideal, de laboratorio. La víctima que pierde 100 pesetas probablemente no pueda disfrutar de un café esa mañana y por lo tanto ha perdido más de 100 pesetas.
El malvado
El malvado inteligente es aquel cuya ganancia es superior a la pérdida que provoca (pensad en el presidente de una diputación). Pero los malvados más numerosos son los malvados estúpidos.
Un malvado estúpido es aquel cuya ganancia es inferior a la pérdida que provoca. Aunque sea el propio malvado quien valora su ganancia, es la víctima quien valora su pérdida. Te rompen una luna del coche para robarte la radio y tienes que perder una mañana en el taller…