Las palabras que escucho con mayor frecuencia de personas que se enteran que tengo cuatro hijas son: «¿Cuatro hijas? ¡Que mala suerte has tenido! ¡Piensa en qué vas a hacer cuando sean adolescentes!”.
Para aquellos que quieren tener una buena relación con sus hijas
Para ser sincero siento algo de lástima por esas personas. Y es que tener cuatro hijas es en realidad tener una gran riqueza bajo tu techo.
“Cada día nos decimos el uno al otro “Te amo más que ayer” — y criar a mis hijas es un motivo de alegría, no un estorbo. Hace once años que soy padre y durante este tiempo he entendido muchas cosas, que he podido expresar en 15 puntos”.
Así comienza el artículo de Justin Ricklefs. Este amoroso padre entiende que para construir una buena relación con sus hijas es necesario entenderlas y ser su amigo. Esta lista te ayudará a lograrlo:
Ella necesita tu amor
Aprende a mostrarle tu amor a tu hija. Ella necesita tu amor mucho más que de tu dinero o de tus regalos que nunca podrán arreglar los problemas de comunicación. Nadie en el mundo puede despertar un sentimiento de seguridad y protección como un padre amoroso.
Ella va a crecer y a cometer errores, darte tristezas, será imprescindible y algo grosera a veces, inclusive puede que se vaya de casa, pero tú no debes darle ni el motivo más pequeño para que dude de tu amor.
Ella debe saber que tú la amas tal y como es, y que en casa de sus padres siempre la perdonarán y la entenderán. No sientas vergüenza de decirle eso muchas veces. Sencillamente mírala a los ojos y dile «Yo te amo».
Depende de ti qué tipo de hombre le gustará
De tu relación con tu hija depende la elección que ella haga a la hora de buscar a su esposo. Si tú eres un buen padre, ella buscará a un hombre que se parezca a tí, pero si no lo eres, para ella será muy difícil casarse (si así lo desea) o encontrar a un compañero para su vida.
En las familias en donde todo va como debería no es raro escuchar que las niñas pequeñas digan «cuando crezca me casaré con mi papá», eso es una buena señal de que estás haciendo lo correcto.
Escucha tú también la música que ella escucha..
Cuando una niña se convierte en adolescente el gusto por la música moderna aparece, y lo más probable es que no sea la que más te guste, pero intenta entender que eso le gusta.
Escucha las canciones con ella, ve con ella a los conciertos para que tengas de qué hablarle. Cuando vayas con tu hija en el automóvil no cambies la música que ella eligió. Al fin de cuentas recuerda que el tiempo en que será tu copiloto se acabará pronto, pero los malos recuerdos en algunos casos duran para siempre.
Ella observa cómo tratas a su mamá
Este quizá es el consejo más importante de la lista. Puedes seguir sólo este consejo y el éxito en la relación con tus hijas estará prácticamente garantizado. Es muy sencillo: no dejes de demostrarle a tus hijos (e hijas) que amas a su mamá y su matrimonio es importante para ti.
Aunque es necesario ser parte activa de la vida de los hijos, no olvides nunca tu vida personal, busca el tiempo para ir con tu esposa al teatro, a un buen restaurante, invéntate viajes cortos sin los niños.
Muéstrale a los niños que tu esposa es una prioridad en tu vida, incluso aún más importante que ellos. Eso no sólo es muy saludable para mantener tu matrimonio vivo, sino que además ayuda a formar una idea correcta de las relaciones de pareja en tus hijos.
No te alejes de tu hija cuando se convierta en adolescente
De los 11 a los 15 años empieza la edad complicada cuando el cuerpo de tu hija cambiará (no será tan bonita como siempre) y seguramente también se vuelva algo desobediente y menos delicada. No te alejes de ella en ese periodo complicado, mantén un vínculo emocional.
Está siempre al tanto de sus problemas, sus intereses, sus pasatiempos, incluso de sus novios y así sucesivamente para que ella pueda consultarte en caso de necesitar ayuda.
No te burles de ella si usó tu rasuradora para afeitarse las piernas. Siempre debes tratarla con amor y comprensión sin importar si tiene 5, 15 o 45 años…
Practica algún deporte con ella. Eso fortalecerá su carácter
Para que esa niña se convierta en una mujer fuerte y sana debe gustarle la actividad física y en lo posible el deporte; tú puedes ayudarle con eso haciendo deporte con ella, saliendo a trotar por las mañanas o paseando juntos en bicicleta.
Enséñale a hacer flexiones de pecho, practica deportes al aire libre. Las niñas no deben ser débiles. Ser hábil en los deportes le dará fortaleza mental y solidez a su carácter. Hoy por hoy ser femenina no sólo es andar con vestiditos y moños, también se trata de ser fuerte de cuerpo y alma.
Inventa pequeñas celebraciones con frecuencia
La niñez debe quedar marcada en la memoria de tu hija con recuerdos felices. Y una manera muy útil y divertida para generar esos recuerdos son las pequeñas celebraciones y eventos; por ejemplo puedes celebrar su cumpleaños con algo más que sentarse a la mesa a comer pastel, puedes organizar un viaje corto de 3 o 4 días.
Permítele que haga una lista de los lugares que quisiera visitar, luego conversa al respecto con ella y elijan juntos un lugar que esté bien para ambos. Confíale la tarea de planear ella misma la ruta y hacer la lista de lo que deben llevar. Durante el paseo invítala a que lleve un diario o bitácora. No olvides la cámara para después hacer juntos un álbum.
El fin de semana
Dedícale un tiempo a ver con ella películas interesantes para luego discutir el punto de vista de cada uno; también puedes organizar un desayuno especial el domingo, incluso no está de más crear la tradición de -por ejemplo- beber juntos chocolate en un lugar que les guste a ambos.
Durante el fin de semana puedes irte de paseo a los lugares interesantes que hay en tu ciudad. Olvídate de la pereza y piensa en qué hacer con tu hija, tómate fotos con ella cuando estén juntos (al menos un par). Llena su memoria con emociones y recuerdos vividos junto a su papá.
Enséñale que en la vida es más importante dar que recibir
Hay algo increíble que sucede cuando los niños entienden que el Universo no gira al rededor de ellos. No sólo ellos necesitan ayuda, y alguien más puede querer el último pedazo de pastel.
Explícale que la vida será mejor si ayudamos a las demás personas, y que no debemos pensar sólo en nosotros mismos; que es mejor ser el último de la fila en vez de empujar a los demás para pasar de primeros. Cuando no tienes la razón es necesario aceptarlo con sinceridad.
Está ahí en los momentos más importantes de su vida
Todos sabemos que la mayoría de los padres trabajan, están ocupados con su carrera y casi no tienen tiempo libre, pero aún así intenta no perderte los momentos importantes en la vida de tu hija, por ejemplo una presentación musical en su escuela, un evento deportivo, o una exposición de sus obras de arte.
No te canses de elogiarla sin importar el resultado, incluso si ese día te invitan a ver el fútbol tienes que tener presentes tus prioridades: los partidos de fútbol se repiten por televisión, pero la infancia de tus hijas no, y cuando acaba, no regresa.
Siempre que estés en casa, apaga tu teléfono
Un gran error de muchos padres es que al llegar a casa siguen estando ausentes. No se despegan de su teléfono móvil, responden correos electrónicos, escriben en twitter, ojéan páginas de facebook, etc; y durante ese tiempo la pequeña hija espera el momento en el que su papá le regale algo de su atención.
Apaga el teléfono tan pronto como llegas a la puerta de tu casa, dale tu atención a la que te esperó todo el día, juega con ella, léele un libro o sencillamente abrázala y habla con ella. Recuerda que muy pronto a ella le interesarán otras cosas y no querrá estar en casa, donde nadie le presta atención.
Aprende a hacer trenzitas
Aunque muchos piensan que hacer trenzitas y peinados es algo de mujeres, un buen papá debe saber hacerlo por si acaso. Imagina que te vas con tu hija de vacaciones y nadie más puede ayudarla con eso.
Además, psicólogos expertos opinan que el papá debe no solo saber hacer peinados sino pintarle las uñas a la hija, si es necesario. Eso le mostrará que los hombres podemos no solo ser fuertes, sino tiernos también.
Ve sólo con tu hija a alguna parte
Al menos un par de veces al año invítala a una «cita» sin mamá u otros miembros de la familia. Vayan juntos al cine, al teatro o a un restaurante. Este tipo de encuentros le mostrarán cómo debe comportarse un hombre con una mujer.
Ábrele la puerta del automóvil, ayúdale a quitarse y ponerse su abrigo, dile cosas bonitas, hazle bromas, permítele elegir el restaurante, y paga la cuenta. Permítele que se sienta «la belleza del año». De seguro que eso no te arruinará.
Piensa en ideas de dónde y cómo pasar algunas horas con tu hija: puede ser ir juntos al parque en bicicleta, o a la librería. Lo importante es que sea algo planeado con anticipación, como una verdadera cita.
Explícale que un cuerpo atractivo no lo es todo
Los psicólogos piensan que es el padre quien debe explicar a su hija que la belleza interior es mucho más importante que la exterior, y que precisamente lo que hay en el interior de una chica, su carácter, su cordialidad y su autoestima son las herramientas que le permitirán encontrar el camino correcto en la vida.
Criar a una hija en el mundo moderno lleno de estándares de glamur y belleza no es fácil, pero puedes explicarle que no es necesario (y al contrario puede ser inconveniente) desnudar cada parte de su cuerpo.
Que no se te pase su infancia en un abrir y cerrar de ojos
La vida no “pasa”, sino que corre a gran velocidad. Hay una persona que te necesita y te llama papá. Disfruta de ser padre, y no dejes que la infancia de tus hijos pase tan rápido que no alcances ni a parpadear.
No tengas miedo de pedirle perdón a tus hijas
Muchos papás hacen todo lo humanamente posible por sus hijos, pero no son ángeles. Hay padres que pronuncian palabras injustas y no cumplen sus promesas. No sientas vergüenza de pedir perdón a tu hija si no tienes razón. Eso no va a derrumbar tu autoridad.
Si no sabes pedir perdón, aprende antes de que sea demasiado tarde. Lo que digas debe salir de tu corazón, sólo así llegarán al de tu hija y te perdonará.
Cinco increíbles lecciones que he aprendido de mis hijas adolescentes
Este verano, nuestras dos hijas mayores viajaron a un campamento. Durante los primeros días me encantó pasar por sus cuartos y ver las camas perfectamente ordenadas y las alfombras aspiradas sin montones de ropa.