Las Virgenes representan un símbolo sacro y venerado en la cultura latinoamericana, manifestando pureza y devoción. Estas figuras, integradas en la iconografía religiosa, evocan un sentido profundo de espiritualidad y protección, reflejando la herencia cultural y las tradiciones ancestrales.
La Divina Pastora de Barquisimeto es una de las advocaciones de la virgen más importantes de Venezuela. La imagen de la virgen data del año 1735 y es la que utilizan en cada procesión los día 14 de enero en honor a un importante milagro ocurrido ese día pero del año 1855.
Los ojos de Guadalupe constituyen uno de los grandes enigmas para la ciencia. Así lo han constatado los estudios del ingeniero José Aste Tönsmann, del Centro de Estudios Guadalupanos de México.
Cuatro son los rasgos ontológicamente genuinos de la persona humana de María: su inmaculada concepción, su maternidad divina, su virginidad concomitante y su asunción a los Cielos en cuerpo y en alma. María fue purísima y, por ende, inmaculada desde el primer momento de su concepción en el seno de su madre.
La solemnidad de la Inmaculada (8 de Diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la Novena de la Inmaculada, que comienza el 30 de noviembre.
Corría el mes de mayo de 1630 cuando la milagrosa imagen de la Virgen de Luján llegó a la Argentina. Antonio Farías Sáa, era un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) que quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen.
Según los informes, la misteriosa figura fue fotografiada alrededor de las 17:00 hora local del miércoles 25 de marzo; apareciendo en el cielo sobre San Carlos, una ciudad en el noreste de la provincia argentina de Corrientes. La imagen fue compartida en las redes sociales, y muchas personas creyeron que se parecía a la madre de Jesús.
