El Solsticio de Verano, un momento de celebración y energía, marca el día más largo del año. Es un tiempo para honrar la luz del sol, la abundancia de la naturaleza y la alegría que nos llena en este periodo de máxima expansión.
¿Quieres saber cómo celebrar Litha como un verdadero wiccano? En esta guía, te revelamos los secretos mejor guardados de la celebración del solsticio de verano. Desde la historia y orígenes hasta las prácticas mágicas y beneficios espirituales, descubre todo lo que necesitas para que tu celebración de Litha sea inolvidable.
El solsticio de verano, un fenómeno astronómico que marca el día más largo del año en el hemisferio norte, señala el inicio de la temporada estival e inaugura la estación de Cáncer, un periodo lleno de significados astronómicos, culturales y emocionales.
A medida que los solsticios marcan el inicio de un nuevo ciclo en la Tierra, nos ofrecen la oportunidad de embarcarnos en un viaje de autodescubrimiento y renovación. Estos momentos son ideales para reflexionar sobre nuestras experiencias, integrar aprendizajes y abrirnos a nuevas posibilidades. Que los solsticios te inspiren a conectar profundamente con la magia de la vida, celebrando tanto los momentos de quietud como los de brillante expresión.
El 21 de diciembre, día del Solsticio, nos ofrece una oportunidad única para observar cómo la naturaleza marca un punto de inflexión en el año. Mientras el Hemisferio Norte experimenta la noche más larga, el Sur celebra el día más extenso. Este fenómeno no solo es un evento astronómico, sino un momento espiritual significativo, donde la energía del universo se siente más intensamente.
El solsticio de verano es un fenómeno que combina ciencia y espiritualidad. Alrededor del 21 de junio, el sol alcanza su punto más alto en el cielo, y desde tiempos antiguos, esto ha sido motivo de celebración. Los rituales, hogueras, y danzas que han rodeado este día tienen profundos significados y simbolismos.
El Sol acaba de entrar a Cáncer este martes 21 de junio. Se activa este ciclo zodiacal que llega con el solsticio de verano, el día más largo del año en la latitud norte de nuestro planeta. Cuando el Sol recorre esta franja del zodiaco, predomina en el ambiente el elemento agua, que prevalece en nuestra conducta durante este tiempo.
