Salmo 91
El Salmo 91 debe inscribirse en un pergamino limpio para protegerse de las plagas y epidemias, así como de los espíritus malignos como Mazzikim, Shedim, Lillin, demonios nocturnos, fantasmas y Mekatregiym (acusadores).
Salmos — Tehilim — Libro de los Salmos — Oraciones
Los Salmos constituyen una colección sagrada de cánticos y plegarias, profundamente enraizados en la tradición judeocristiana. Estos textos, cargados de fervor místico y espiritual, invocan lo divino, ofreciendo aliento y guía moral a los fieles en su búsqueda de la iluminación interior.
Poder Mágico Salmo 121 – Para viajar por la noche sin peligros
Si te ves forzado a viajar solo de noche reza el 121 salmo reverentemente siete veces durante el viaje y no tendrás ningún accidente ni te sucederá nada malo. Para pedir socorro y defensa. Cuando alguien que estamos esperando se atrasa. Para descubrir nuevos caminos.
Poder Mágico Salmo 18 – Para quedar a salvo de la maldad de un gobernante
Lleve el salmo 18 en su cartera, si usted teme estar en peligro de ser atacado por los ladrones, o rezarlo con mucha fe, acompañado de la siguiente oración, y los ladrones te dejarán de improviso, sin hacerte el menor daño.
Poder Mágico Salmo 41 – Para enfermos se curen en una situación desesperada
Quienquiera que padezca de enfermedad que rece el Salmo 41, untándose una pequeña cantidad de aceite de oliva detrás de la cabeza o de la espalda mientras se reza este Salmo escríbalo en un pergamino puro, luego cuélguelo del cuello del enfermo.
Poder Mágico Salmo 17 – Protección para antes de emprender un viaje
El viajero que rece este Salmo y la oración apropiada, se librará de todo mal durante veinticuatro horas. Debe decirse temprano en la mañana, junto con la siguiente oración: Sea tu Santa voluntad, creador del universo, hacer que mi viaje sea próspero y feliz, condúceme por caminos agradables..
Salmo 16
Conoce el Poder Mágico del Salmo Número 16. Los Salmos son oraciones muy poderosas en sí mismas; sin embargo, el resultado de nuestra demanda dependerá siempre de nuestra fe. Por eso, es necesario poner todo nuestro empeño en pedir con fe que el cielo conceda nuestras súplicas.
