Las profecías han fascinado a la humanidad a lo largo de la historia. Estas predicciones, a menudo envueltas en misterio, sugieren eventos futuros determinados por fuerzas sobrenaturales o divinas. Desde las visiones de Nostradamus hasta las leyendas indígenas, las profecías continúan siendo un tema intrigante y polémico, desafiando nuestra percepción del tiempo y el destino.
Hay cuatro requisitos fundamentales para el máximo nivel de la profecía. Los primeros tres son: ser una persona sabia, ser una persona fuerte y ser una persona que siempre pueda doblegar su inclinación negativa y que nunca sea persuadida por su Deseo de Recibir para Sí Mismo.
Un rabino dice que se está a punto de cumplir una profecía centenaria de su famoso antepasado Gaón de Vilna, conocido como uno de los líderes judíos más influyentes en la historia moderna.
El libro habla de un Anticristo, una bestia, un falso profeta y de las muchas calamidades por las que pasará la humanidad en los últimos 7 años del planeta tierra. Sin embargo, para entrar en contexto y no hacer de este texto algo meramente escatológico, voy a enfocarme en un capítulo de este libro bíblico.
La profecía de Uluru es una historia que ha ido cobrando importancia en los últimos 3 años por la proximidad a la fecha de su cumplimiento que se ha descifrado estudiando el antiguo calendario aborigen con nuestro calendario moderno.
Cuatro días después de que los medios dieran por definitiva la victoria del demócrata Joe Biden, el todavía presidente estadounidense continúa inmerso en una batalla legal que persigue revertir el resultado de los últimos comicios.
El Yalkut Shimoni, una colección de enseñanzas bíblicas que se cree que se organizó en el siglo XIII, predijo nuestra realidad política actual, describiendo cómo un conflicto entre Irán y Arabia Saudita llevará a Arabia Saudita a aliarse con los Estados Unidos.
