El dinero trasciende su función material como medio de intercambio, simbolizando energía y poder en el plano espiritual. A través de monedas y billetes, se convierte en un catalizador de la intención humana, reflejando valores, deseos y la manifestación de la abundancia en el universo. Es un vehículo de transformación personal y colectiva, moldeando realidades económicas y espirituales.
Pensando hace un par de días en la cajita del dinero, ese trabajo de Psicomagia que ayuda e impulsa la prosperidad, me quedé pensando que efectivamente también durante todos los días de nuestra vida, vamos acumulando moneditas y de varias denominaciones.
Ahorrar es uno de los propósitos que siempre tenemos en mente, pero que rara vez llegamos a cumplir. Existe un método japonés llamado kakebo, se traduce como un libro de finanzas del hogar que fue inventado en 1904 por Hani Motoko.
Las creencias sirven como filtros de la realidad. Ves la realidad de una manera diferente a los demás porque tienes creencias diferentes a las otras personas. La misma situación es apreciada de manera diferente por diferentes personas. Es por eso que una situación que tú encuentras divertida puede ser completamente deprimente para otros.
En el mundo, ¿quién no quiere ser una persona acaudalada? En el respeto a la mujer se esconde el secreto. No miremos a otra parte; acudamos a la fuente de bendiciones que se llama “respetar a la esposa”. En consecuencia, el hombre no debe contar cada céntimo que gasta.
El dinero en las manos del pobre es como el algodón de azúcar en las manos de un niño: desaparece en cuestión de minutos. Ahora bien, cuando hablamos de educación debemos entender que educación e instrucción no son lo mismo.
El dinero, el oro, los coches, las mansiones, las joyas y un guardarropa de alta moda, NO son objetos de adoración, incluso si estamos obsesionados por poseerlos todos. La verdadera, auténtica y oculta adoración de ídolos es cuando obedecemos y adoramos a nuestro ego.
