Sanar tu niño interior
Todos tenemos un niño interior, vulnerable, herido, carente de amor, escondido detrás de una máscara que nos ponemos para ser aceptados en el entorno que nos ha tocado, fingiendo quien no somos.
La autoayuda es una práctica espiritual que promueve el autoconocimiento y el crecimiento personal. A través de técnicas y herramientas específicas, puedes alcanzar un equilibrio emocional y mental, mejorando tu calidad de vida y bienestar general.
Todos tenemos un niño interior, vulnerable, herido, carente de amor, escondido detrás de una máscara que nos ponemos para ser aceptados en el entorno que nos ha tocado, fingiendo quien no somos.
Evitemos pues a las personas que nos impiden expresarnos, que nos impiden escoger el camino que nosotros sabemos que es el nuestro (no pintes es una pérdida de tiempo; no vayas a esa residencia a ayudar a los ancianos, ni siquiera te pagan etc. etc.).
Antes de manifestar tu vida ideal, debes saber claramente lo que quieres. Examina tu deseo desde una perspectiva mística. ¿Debe ser algo que beneficie a mucha gente o un deseo puramente egoísta?
Cuidemos y revisemos siempre nuestras necesidades imperantes de cambiar al otro y veamos cuándo son nuestras propias garras las que, en nombre del amor, terminan lesionando y lesionándonos, invocando verdaderamente un deseo de poder y comodidad disfrazado de: quiero lo mejor para ti.
¿Y si no funciona o resulta mal? Este pensamiento es muy frecuente cuándo se habla de emprender algo nuevo, tomar una decisión con relación a la pareja o en nuestra vida académica, pero cuántas oportunidades perdemos por no saber superar el fracaso.
Mantener una actitud optimista puede significar tal diferencia, tanto en resultados como en realización y felicidad, que creo que es importante que reflexionemos por un instante sobre lo que pueden ser las cuatro grandes diferencias entre un pesimista y un optimista