Una investigación realizada en 15 países reveló que los dolores de cabeza, mareos y problemas para dormir en los niños, son claros síntomas de bullying.
Síntomas y señales de bullying en los niños
Una variedad de síntomas que pueden parecer vagos o misteriosos indicaría que un niño está siendo víctima del bullying y tiene problemas para superarlo, según revela una revisión de investigaciones de 15 países.
El análisis demuestra que los dolores de cabeza, dolores de espalda o abdomen, los trastornos de piel, los problemas para dormir, la enuresis nocturna o los mareos son dos veces más comunes en esos niños.
Por lo que los pediatras y los padres deberían estar atentos a esos signos, según publican los autores en Pediatrics. A veces, los síntomas se prolongaban y, a menudo, acompañaban una baja autoestima.
Consecuencias del bullying en el largo plazo
Es importante reconocer esta relación porque «habla de las consecuencias del bullying en el largo plazo.
La consecuencia más grave es el suicidio, aunque todos los síntomas afectan negativamente la calidad de vida de muchos niños durante muchos años», dijo el autor principal, Gianluca Gini, del Departamento de Psicología Social y del Desarrollo de la Universidad de Padua, Italia., indicó Gini.
Trastornos psicosomáticos en niños y adolescentes
Gini revisó información de 30 estudios sobre la asociación entre el bullying y los trastornos psicosomáticos en niños y adolescentes.
Comparó esos resultados con los de un grupo que no era víctima del bullying. Los estudios habían evaluado la victimización según la información que brindaron los niños y los adolescentes, sus padres y sus docentes.
Niños hostigados
Los niños hostigados eran entre 2,17 y 2,39 veces más propensos a sentir dolores y otros síntomas físicos, como nerviosismo, somnolencia, cansancio y falta de apetito. Cuantos más varones incluía un estudio, más robusta era la conexión entre el bullying y los síntomas físicos.
«Una explicación posible sería que una escuela o un aula con una mayor proporción de alumnos varones sería un entorno más propenso al bullying, donde las conductas de contención y asistencia con los alumnos hostigados no serían tan frecuentes», finalizó Gini.
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