El avance eurófobo y de extrema derecha en las pasadas elecciones europeas, junto con el creciente clima antisemita reflejado en el atentado del Museo Judío de Bruselas o en la apología del Holocausto en Twitter, tras la victoria del Maccabi de Tel Aviv ante el Real Madrid en la Final a Cuatro de baloncesto, ha sacado de la sombra el símbolo nazi de la esvástica.
Lo que significa de verdad una esvástica
Más allá de sus reprobables connotaciones, es curioso remontarse a los orígenes históricos de la cruz gamada para comprobar las contradicciones de quien hoy en día la enarbolan como símbolo de la supremacía blanca.
La esvástica ha aparecido repetidamente en la iconografía, el arte y el diseño a lo largo de toda la historia de la humanidad, representando conceptos muy diversos.
Según coinciden en resaltar la mayoría de historiadores, este símbolo data aproximadamente del siglo V a. C., cuando comienza a aparecer en algunas monedas, si bien los visnuistas dicen que la esvástica está eternamente dibujada en una de las cuatro manos del dios Visnú.
La primera mención escrita aparece en los denominados Vedas, las escrituras sagradas del hinduismo más primitivo, aunque su uso se adopta posteriormente por otras religiones de la India, como el budismo y el yainismo.
El arte indio y la cultura romana explotaron ampliamente este símbolo a modo decorativo, tanto en la arquitectura como en los mosaicos y frisos de diferentes obras.
A pesar de que la esvástica figura raramente como figura aislada, sí suele encontrarse con más frecuencia como patrón decorativo. De hecho algunos de los teselados del suelo de la catedral de Amiens presentan motivos de esvásticas entrelazadas o unidas entre sí.
Un uso común que fue evolucionando e incorporándose a otras culturas occidentales, como se refleja en España con el trisquel celta o el lauburu vasco.
Extendido uso antes del nazismo
El significado etimológico de la cruz de brazos doblados en ángulo recto, que proviene del idioma sánscrito (hablado antiguamente en la India), es “bienestar”. Otras traducciones literales son: buena suerte, salud, éxito y prosperidad.
Unas connotaciones positivas y esotéricas que hicieron común su uso en piezas de bisutería o incluso en artículos de costura. Eso sí, tras la adopción de este símbolo por parte de los nazis suele aparecer rotado 45 grados.
Desde el momento en el que la cruz gamada se adoptó por los nazis en 1920, desde los Boy Scauts, que la usaban como símbolo añadido a su clásica flor de lis en sus Medallas al Mérito, hasta el escritor Rudyard Kipling, que tenía una en la cubierta de todos sus libros, debido a su cercanía a la cultura India, tuvieron que prescindir de ella.
Desde ese momento, el empleo de la esvástica fuera de un contexto histórico se considera tabú en casi todo el mundo. Además, la legislación alemana prohíbe y sanciona en la actualidad el uso en público de la cruz gamada.
Si bien ningún partido de extrema derecha enarbola la esvástica como símbolo, sí hay algunos como Amanecer Dorado en Grecia o colectivos ligados al Pravy Sektor en Ucrania que se identifican bajo estandartes similares.
Reapropiación histórica
La influencia del nazismo borró del mapa la gran mayoría de cruces gamadas incrustadas en todo tipo de artículo como elemento decorativo y de buena suerte. De hecho, desde mediados del siglo XX casi todas las esvásticas budistas son levórigas (girada hacia la izquierda) para diferenciarlas de las usadas por el Reich.
A pesar de esta necesidad histórica de diferenciación, hoy en día la esvástica puede verse, por ejemplo, en envases o etiquetas de comida china, con el objetivo de indicar que determinados productos son vegetarianos y, por tanto, pueden ser consumidos por budistas estrictos.
Asimismo, suele estamparse en los cuellos de las camisas utilizadas por niños chinos, como símbolo de protección de los malos espíritus.
La esvástica ha sido de este modo un símbolo religioso, primero, decorativo, después y, finalmente, esotérico y asociado con la buena suerte en las culturas occidentales más recientes.
Los nazis incluso llegaron a justificar su empleo, a modo de revisión histórica, alegando que los primeros arios de la India, de cuyas tradiciones védicas surge la esvástica, fueron el prototipo de invasores de raza blanca.
La honda actividad propagandística de los discípulos de Goebbels se acabó imponiendo hasta el punto de que, hoy en día, es casi imposible observar una cruz gamada sin asociarla al nazismo. Más de 2.000 años de historia de un trascendental símbolo neolítico sepultados en menos de 20 por un régimen atroz.
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