Durante 8.000 años, los indígenas de las regiones amazónica y andina de Sudamérica han masticado hojas de coca. Sin embargo, ¿sabías que no fue hasta el siglo XIX, cuando individuos como Freud empezaron a respaldar la cocaína como droga milagrosa, cuando estas hojas se convirtieron en la sustancia altamente adictiva?
La cocaína, que Freud extraía de la coca andina, se comercializaba como una panacea
La cultura andina ha utilizado las hojas de coca durante miles de años como estimulante natural. Se dice que consumir o masticar mate de coca aumenta la energía, previene el mal de altura, mejora la digestión, alivia el hambre, disminuye los dolores menstruales y sirve como anestésico.
En Bolivia se celebra cada año el día de la masticación de la hoja de coca, e incluso se ha visto al Papa Francisco tomando té de coca.
Hojas de coca
La hoja de coca desempeñó un papel importante en la cultura y la historia andinas, sobre todo durante el reinado del Imperio Inca, en el año 1200 de nuestra era. Según una leyenda inca, la planta de coca apareció por primera vez en el cuerpo de la hermosa Kuka, que tenía la piel verde y amaba la libertad.
El emperador inca ordenó ejecutarla, cortarla en pedazos y enterrarla porque tenía fama de seducir a cualquiera que la viera e inspirar obsesión a su paso. En su honor, la planta resultante recibió el nombre de coca.
Las hojas de coca se utilizaban en rituales religiosos, y las víctimas de los sacrificios admitían haber consumido mucha coca antes de fallecer.
Además, las hojas de coca secas se usaban como moneda y tenían más valor que el oro. Para aumentar la producción, los españoles fomentaron el consumo de coca entre sus esclavos cuando conquistaron la región.
Alcaloide activo
Sin embargo, no fue hasta la década de 1850 cuando se aisló por primera vez el alcaloide activo de las hojas de coca y se le dio el nombre de cocaína en Alemania.
La hoja de coca y el jarabe de nuez de cola se emplearon para fabricar Coca Cola, que fue el uso más conocido de la cocaína en 1860. La hoja de coca es un estimulante suave similar al café, mientras que la cocaína es un polvo blanco.
Fue aclamada como una droga milagrosa que podía tratar casi cualquier cosa, pero lamentablemente se recetó en exceso y se aplicó mal.
Sigmund Freud
El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, quedó fascinado por sus efectos psicológicos, que dieron lugar a su teoría de la terapia conversacional (¿otra palabra para monólogos cargados de cocaína?). Freud empezó a promover su empleo para diversas afecciones, como el alcoholismo, el asma e incluso como afrodisíaco.
El padre de la cirugía moderna, William Halsted, experimentaba al mismo tiempo con la cocaína como anestésico. Debido a su auto-experimentación, ambos acabaron desarrollando una adicción a la cocaína.
Debido a una falsa asociación entre las hojas de coca y la cocaína, los gobiernos llevan décadas intentando detener la producción de hojas de coca.
Mientras que las comunidades indígenas han utilizado tradicionalmente las hojas de coca de forma responsable porque las consideran un regalo de los dioses, la cocaína es un narcótico adictivo que en su día fue falsamente comercializado como una droga milagrosa por los científicos occidentales.
Fue falsamente comercializado como una droga milagrosa por los científicos occidentales.
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Con información de ancient-origins.es