Como el próximo domingo, cuando tres estrellas brillen en el Cielo, comienza un nuevo año hebreo, entonces nos deseo… Salud estable, pero sin que, por ello, perdamos la noción real de su valor, convirtiéndola en algo “obvio”, y dejando de agradecer por ella cada día.
Feliz Año Nuevo 5780
Sustento suficiente, para que los desafíos de la pobreza o la riqueza no nos pongan a prueba.
Humildad, para no olvidar jamás que en algunos pocos años, ni siquiera nuestros bisnietos recordarán nuestro nombre completo.
Alegría y paz interiores, pero sin que las mismas dependan de circunstancias externas a nosotros, ya que nos convierten en esclavos de lo que pueda suceder.
Vínculos sanos, poseedores de un lenguaje vívido y auténtico, abierto y pródigo, porque el amor se sustenta sobre el profundo y permanente conocimiento del ser amado.
Sensibilidad con el prójimo, porque visitar o ayudar a quienes amamos, no es suficiente desafío para obligarnos a crecer.
Capacidad para entender que todo “problema” que nos llega desde los Cielos, es un mensaje que nos susurra un mensaje en nuestro oído.
Sabiduría para aceptar que no todo “problema” debe ser solucionado, sino que, en muchos casos, nos llega para que aprendamos a convivir con él.
Momentos valiosos, risas plenas, buenas compañías: esos instantes increíbles que nuestra memoria y nuestra alma guardan como piedras preciosas y que, seguramente, pasarán por nuestra mente momentos antes de partir.
Crecimiento y desarrollo espirituales, porque resulta insuficiente conformarse solamente con aquello que compartimos con el reino animal.
Que logremos comprender que “cualquiera se equivoca”, pero que sólo unos pocos vuelven a ponerse de pie y, continúan caminando e intentándolo nuevamente, con una sonrisa en su rostro, y la lección aprendida.
Valor para expresar nuestros sentimientos más recónditos, porque decir “te amo” o “te necesito”, nos transforma en personas más sanas y positivas.
Que logremos mantener firmes nuestras raíces y tradiciones, porque el que se olvida de su pasado, no tiene idea hacia dónde se dirige.
Que nuestras creencias se transformen en certezas, y que podamos identificarnos con la voz de nuestras almas que habitan en nuestros cuerpos, sin suponer, ni por un instante, que somos meramente cuerpos, con almas en su interior.
Y que seamos inscritos en el Libro de la Vida Significativa, porque, “vivir”, no es lo mismo que cultivar y enaltecer nuestros años de existencia.
Con todo mi amor, y desde lo más profundo de mi alma, Shaná Tová y un excelente año, para todos los que siempre y muy cerquita, me leen, me escriben, me comentan, y me abren sus corazones, conformando este grupo virtual maravilloso.
¡VIVA LA VIDA!