Nisán (en hebreo: נִיסָן; del idioma acadio nisānu y éste del idioma sumerio nisag, «retoño, primer brote») es el primer mes del calendario hebreo bíblico, que comienza su cuenta a partir de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto.
Rosh Jódesh — Primer mes del calendario hebreo
Leemos en el libro de Éxodo (12:1-2): “Y le dijo el Eterno a Moshé y a Aharón en la tierra de Egipto: “Sea este mes para vosotros comienzo de mes. Sea para vosotros el primer mes del año”. Y desde entonces, hace ya más de tres mil años, por gracia del Todopoderoso, el pueblo judío ha sido dueño de su tiempo.
Algunos de nuestros sabios opinan que fue justo en ese instante cuando el pueblo judío, que aún permanecía en Egipto, se hizo libre ante sí mismo y ante Dios, pues quien cuenta el tiempo, y lo atesora, y lo controla, y lo hace suyo, es dueño de su destino.
Mes de Nisán (mes de Abril)
Lo que sí cabe preguntarse es por qué Dios escogió el mes de Nisán como el primer mes, si en realidad todos los judíos del mundo consideran el mes de Tishrei (mes de Septiembre) como el que da inicio al año, y el primero de Tishrei como el día de Año Nuevo, Rosh Hashaná.
En el Talmud, tratado de Rosh Hashaná, dice:
“Son cuatro los comienzos del año. El primero de Nisán es el comienzo del año para los reyes y para las fiestas (…)
El primero de Tishrei es el comienzo del año con relación al cómputo de los años”.
Muchas explicaciones han dado nuestros sabios al respecto, pero una muy interesante dice que en Tishrei conmemoramos la Creación del mundo y en Nisán la salida de Egipto.
Ambos acontecimientos son comparables en transcendencia y están directamente relacionados, pues el sentido de nuestra creación radica en la recepción de la Torá al pie del monte Sinaí.
Mes de Tishrei
En el mes de Tishrei contamos los años de la Tierra y del ser humano, quien fue creado a partir del polvo de esa Tierra. Es decir, el inicio de una relación pasiva del hombre con Dios. En el mes de Nisán, con la salida de Egipto, se conmemora el inicio de una relación diferente del hombre con Dios.
El Todopoderoso emerge de detrás de las fuerzas de la naturaleza y se revela antes los ojos de las naciones, y le entrega al pueblo de Israel la clave eterna del universo: La Torá.
A través de su estudio y de la puesta en práctica de sus preceptos, las mitzvot, el ser humano asume un rol activo, según el plan trazado por Dios, para completar y perfeccionar la obra de la Creación.
Comienzo del año para los reyes y para las fiestas
Es por eso que Nisán es el “comienzo del año para los reyes y para las fiestas”: los reyes, que son la encarnación de la voluntad y del poder del hombre, que guían a su pueblo y emprenden grandes obras; las fiestas, las celebraciones religiosas, en las que el hombre busca por iniciativa propia acercarse y conectarse con su Creador.
Cuando el esclavo hebreo que trabajaba todos los días bajo el sol abrasador de Egipto, aquel sol que sus amos adoraban como a una divinidad, una noche levantó sus ojos hacia el cielo y santificó la luna nueva, justo en ese instante se transformó para siempre en un ser libre.
Una vez al mes, cada Rosh Jódesh, reafirmamos nuestra libertad, nuestra identidad como nación y nuestro compromiso ante el Eterno de mejorar y de perfeccionarnos.
La importancia del maestro se mide por la importancia de sus discípulos. El buen maestro hace florecer en sus discípulos lo mejor que tienen. Generosidad, sinceridad y humildad son el tesoro de nuestro pueblo.
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