Descubre por qué Richard Dawkins, uno de los defensores más conocidos del nuevo ateísmo moderno, afirma que «uno es de una religión por un accidente geográfico». Exploramos sus argumentos y las respuestas que han generado acalorados debates.
Uno es de una religión por un accidente geográfico
En una exposición en video, un estudiante cristiano le preguntó a Dawkins qué pasaría si su ateísmo estuviese equivocado. Dawkins respondió que todos podemos estar equivocados; podríamos estar equivocados acerca del Monstruo de Espagueti Volador, el unicornio rosa invisible y la taza de té voladora.
Esta respuesta subrayó un punto central del ateísmo moderno: la posibilidad de error en cualquier creencia. Dawkins asumió que el estudiante estaba formado en la fe cristiana y entendía lo que es no creer en una fe en particular, ya que no era musulmán ni hindú.
¿Por qué no eres hindú?
La respuesta de Dawkins a la pregunta de por qué el estudiante no es hindú fue reveladora. Si el estudiante hubiese nacido en la India, sería hindú; si hubiese nacido en Dinamarca durante la época de los vikingos, creería en Wotan y Thor; si hubiese nacido en la Grecia clásica, creería en Zeus; y si hubiese nacido en Centroáfrica, creería en el Gran Yuyu de la Montaña.
Este argumento destacaba la influencia del accidente geográfico en la fe religiosa. No había ninguna razón particular para elegir al Dios judeocristiano en el cual se había sido educado, más allá del accidente de nacimiento. Dawkins retó a los creyentes a considerar qué ocurriría si ellos estuvieran equivocados acerca de sus propias creencias, en lugar de asumir la certeza de su fe.
La superficialidad de la visión atea
El vídeo de Dawkins fue visto por millones de personas y parte de la respuesta a su argumento la dio C.S. Lewis, un ex-ateo que comprendía la superficialidad de esta visión. Según Lewis, un cristiano no necesita creer que todas las otras religiones están equivocadas de principio a fin. En cambio, un ateo sí debe creer que el punto central de todas las religiones del mundo es un gran error.
Lewis argumentaba que un cristiano es libre de pensar que todas las religiones contienen al menos un indicio de la verdad. En su obra «Mero Cristianismo«, escribió que cuando se convirtió al cristianismo, su perspectiva se amplió, permitiéndole ver la verdad en otras creencias.
La fe no es un puro accidente
Es importante señalar que hay muchas personas cuya fe religiosa no es simplemente el resultado del accidente geográfico. Los países de cultura judeocristiana no son así por puro accidente. Miles de personas se dedicaron a misionar, evangelizar, bautizar, predicar, morir como mártires, levantar hospitales y escuelas, explorar territorios salvajes, negociar con pueblos desconocidos, y transmitir su fe a sus hijos a través de generaciones.
Todo esto requirió un inmenso esfuerzo, compromiso y voluntad. No fue simplemente un «puro accidente» que moldeó estas culturas religiosas.
Fe no geográfica
Aunque la fe tiene mucho de demografía, no es meramente geográfica. Las religiones no pertenecen a los territorios; son vividas por las personas que las llevan consigo. En Arabia Saudí, por ejemplo, estaba prohibido predicar el Evangelio, pero allí vivían más cristianos que nunca, en su mayoría inmigrantes de Filipinas, India u otros países árabes.
En España, un país tradicionalmente católico, uno de los nombres más comunes para bebés era «Mohamed», reflejando el crecimiento de la población musulmana. Antes de 1492, no había en América personas de cultura judeocristiana. Hoy, el 99% de los 953 millones de personas en el continente americano pertenecen a esta cultura, no por accidente, sino por el esfuerzo de muchos a lo largo de siglos.
Ateos terminan cristianos
En Estados Unidos, los datos del Pew Forum de 2008 sobre religión mostraban que sólo un 30% de los educados como ateos en su infancia se mantenían como tales en la adultez. Esto indicaba que el ateísmo no era necesariamente una posición fija, y muchos que fueron criados sin religión adoptaron alguna forma de creencia religiosa más adelante en la vida.
¿A dónde van esos ex-ateos?
El 30% de los que eran ateos en su infancia se convirtieron en protestantes al crecer, lo que es un porcentaje impresionante. Uno de cada diez niños ateos se hizo católico. Un 2% se convirtió al judaísmo, principalmente mujeres que se casaron con judíos. Además, un 1% se hizo mormón y otro 1% se volvió pagano. El resto se sumó a los «nones», personas no religiosas que no se declaran ateos.
Conversos modernos a micrófono abierto
Un libro que abordó esta cuestión es «Conversos modernos a micrófono abierto» de Jacinto Peraire Ferrer, que recoge 350 testimonios de conversiones religiosas. Este libro es único porque permite a cada converso explicar su experiencia en sus propias palabras, clasificando las conversiones en diversas categorías.
Entre las razones para estas conversiones, se encuentran experiencias sobrenaturales, insatisfacción con el comunismo, el agnosticismo y el ateísmo, y la búsqueda de trascendencia y Dios. Estas historias muestran que no hay «puros accidentes»; hay historias personales y coincidencias providenciales que llevan a las personas hacia la fe.
Conclusión
El argumento de Richard Dawkins de que «uno es de una religión por un accidente geográfico» generó mucho debate. Si bien el accidente geográfico juega un papel en la fe religiosa, no es el único factor determinante. La historia, el esfuerzo personal y las experiencias individuales también desempeñan roles cruciales en la formación de las creencias religiosas.
En última instancia, tanto creyentes como no creyentes deben reconocer la complejidad de la religión y la fe. No es simplemente una cuestión de dónde naciste, sino de cómo vives tu vida, las experiencias que tienes y las decisiones que tomas. Dawkins abrió un importante diálogo sobre la religión y el ateísmo, y es esencial continuar explorando estas cuestiones con una mente abierta y un corazón dispuesto a aprender.
Con información de religionenlibertad.com