¿Por qué atraemos el mismo tipo de persona? ¿Por qué repetimos el mismo patrón en nuestras relaciones? ¿Por qué anhelamos una relación y cuando nos llega la saboteamos? ¿Por qué deseamos una pareja y cuando finalmente la tenemos, no podemos confiar en ella?
¿Cómo re-programar nuestra alma para amar?
Cuando venimos al mundo somos como una computadora nueva, tenemos el software básico, pero hace falta instalar todos los programas y aplicaciones.
Cada experiencia, cada relación representa uno de esas aplicaciones que van moldeando nuestro espíritu. La primera relación que tenemos es con nuestros padres, especialmente con nuestra madre, de ella venimos y de ellas nos alimentamos, las madres son sin dudas nuestro primer amor.
Esa relación inicial con nuestros padres, para bien o para mal, nos determina a lo largo de nuestra vida. Y así poco a poco, con los padres, hermanos, amigos y cualquier tipo de relación que tengamos a lo largo de nuestra vida irán programando nuestro concepto de amor:
Responsabilidad, confianza, saber dar, cuánto dar, saber recibir, saber cuánto recibir, vulnerabilidad, etc.. Cada una de esas experiencias, cada una de esas relaciones nos moldea en algún nivel, unas más que otras.
Resetearnos
Cuando estas dejan heridas y nos marcan de una manera negativa, es cuando caemos en esos patrones en los que nos sentimos atascadas porque no encontramos pareja, saboteamos relaciones o simplemente atraemos el tipo de persona equivocada.
Es allí cuando llega el momento resetearnos para poder amar nuevamente.
El cambio es una constante, no somos las mismas que éramos un año atrás, ni siquiera somos las mismas que éramos seis meses atrás. Piensen de verdad, tómense un momento y reflexionen: ¿qué han cambiado?
Por ejemplo, cambian nuestros gustos (fíjense en la comida, pues es un caso muy obvio, seguro hoy te gusta un alimento que antes detestabas o al contrario, dejaste de comer ciertas cosas simplemente porque ya no te gustan).
Entonces ¿por qué seguimos subestimando el asombroso poder que tenemos para transformarnos? Sí la transición puede ser dolorosa y difícil, todas queremos llegar de la A a la Z de un solo salto, pero no es posible, el camino hay que transitarlo. Tenemos el poder de transformarnos.
Reprogramando el alma para amar
Superando el miedo a ser abandonados, a ser traicionados, a fracasar, a repetir la historia (padres divorciados), a ser vulnerables
Es como una montaña rusa, los primeros segundos son terribles, es el momento previo, hay expectativa y no sabemos, pero cuando arrancamos nos entregamos a la velocidad y al cambio, nos dejamos ir, solo cuando soltamos ese miedo, podremos liberarnos de esos viejos patrones y abrirnos plenamente al amor.
Rastrea “los errores” en el sistema
La familia configura a muy temprana edad y a lo largo de nuestra vida nuestro concepto de amor. Analiza cualquier situación que pudo haber creado un impacto: divorcios, engaños, pérdidas, etc.
También rastrea que otras relaciones te marcaron, ejemplo, la amiga que te traicionó a los quince o el chico que con quien perdiste tu virginidad, pero que nunca te llamó al día siguiente.
Medita, escribe, procesa todos esos eventos que han determinado la manera en cómo amas
Deja que la voz de tu intuición te guíe, una vez que reconozcas el patrón, sabrás cómo evitar caer en él.
Lleva las afirmaciones positivas al siguiente nivel
Algunas veces hemos pegado post en el espejo con frases inspiradoras, aquí en vez de escribirlas y leerlas, las vas a grabar (en el celular las puedes grabar y escuchar todo el tiempo). Al escucharnos le damos fuerza nuestra propia voz, es aún más simbólico que leerlas y por eso su efecto es más poderoso.
Haz una listas con todas las características que tu pareja ideal debe tener
Todas las que se te ocurran, luego vas a poner en práctica todo lo que pusiste en esa lista. Uno atrae lo que es, así que es hora de convertirnos en lo que queremos para poder atraerlo. La única manera de reprogramarnos y abrirnos al amor, es instalando un nuevo sistema operativo.
Piense que usted es alguien con quien vale la pena pasar el tiempo. Finalmente otro pensará lo mismo de usted.
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