Casi cada vez que un ángel es pintado, esculpido o dibujado, la criatura espiritual se muestra con alas. ¿Por qué?
¿Los ángeles tienen alas?
Para entender la representación artística de los ángeles, primero debemos entender la naturaleza de un ángel en la tradición cristiana. Antes que todo, la palabra ángel deriva del latín angĕlus, que significa ‘mensajero de Dios’.
La palabra latina se origina en el griego ἄγγελος, ángelos, que a su vez es una traducción del hebreo mal’ākh, que significa ‘mensajero’, ‘delegado’ o ‘embajador’.
El Catecismo de la Iglesia Católica lo expresa de esta forma
San Agustín dice respecto a ellos: (…)
“El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel” (Enarratio in Psalmum, 103, 1, 15).
Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan “constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mt 18, 10), son “agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra” (Sal 103, 20). (CIC 329)
La palabra Ángel
Pues, describe simplemente lo que hacen y no lo que son. Los ángeles actúan sobre todo como mensajeros y, como vemos al abrir las Sagradas Escrituras, son los mensajeros del plan divino de Dios. Los ángeles son espíritus puros, es decir, no poseen un cuerpo físico, aunque a veces pueden asumir una apariencia humana.
La forma visible de la que a menudo se habla en las Escrituras o en las historias populares es una fachada, una máscara que emplean para que podamos verlos con nuestros ojos. Por lo demás, son criaturas invisibles por naturaleza.
Durante los primeros siglos de la Iglesia
Los ángeles eran mostrados no muy diferentes de los humanos en el arte religioso, basando sus representaciones en lo poco descrito en los relatos bíblicos. Sin embargo, en el siglo IV los artistas empezaron a diferenciar estas criaturas espirituales.
La primera representación conocida de un ángel con alas está en el Sarcófago del Príncipe, encontrado en Sarigüzel, cerca de Estambul, y fechado entre el 379 y el 395. Desde entonces, los artistas por lo general incluyeron las alas como vínculo con la misión de estas criaturas como mensajeros.
Parte de la razón para el cambio en el arte religioso está relacionada con el simbolismo espiritual de los pájaros. Los pájaros en el mundo antiguo se consideraban (y se empleaban) como mensajeros. La tradición es tan antigua como Noé y continuó a través de la mitología griega.
El dios Hermes, por ejemplo, es conocido por ser el mensajero de los dioses y a menudo es representado con alas unidas a su casco o sombrero. Era natural que los artistas grecorromanos recurrieran a esta tradición para representar visualmente a los ángeles, los auténticos mensajeros de Dios.
Así que, aunque los ángeles no tengan alas, la expresión artística se ha convertido en una manera excelente de visualizar el oficio que les ha confiado Dios.
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Vía » aleteia.org