El pueblo judío ha sido el portador de una rica tradición que se extiende a lo largo de casi cuatro mil años, marcando su identidad con profundas raíces en la historia, la fe y la cultura. El judaísmo no es solo una religión, sino una forma de vida que abarca desde rituales y costumbres hasta un sistema ético y legal singular.
En el debate actual sobre cremación y entierro, la comunidad judía ofrece perspectivas únicas que integran consideraciones religiosas, ambientales y culturales. Mientras la cremación gana popularidad en Occidente por razones económicas y de practicidad, el entierro tradicional judío resalta la conexión espiritual entre cuerpo y alma, promoviendo prácticas más sostenibles y respetuosas con la naturaleza.
España extiende la mano a los descendientes de los judíos sefardíes, exiliados hace más de cinco siglos. La legislación aprobada busca sanar heridas, restaurar lazos culturales y ofrecer nacionalidad a quienes mantuvieron viva la memoria. Este gesto simbólico refleja un esfuerzo por reconocer errores pasados y estrechar vínculos con una diáspora global.
En la primera mitad del siglo X, Aharón Ben Asher emergió como una figura central en la gramática hebrea. Su trabajo, profundamente arraigado en una rica herencia familiar, estableció las bases de la notación hebraica y dejó un impacto duradero en la tradición textual judía.
Los titulares de los medios a menudo ofrecen una visión polarizada de las comunidades judías ultraortodoxas, conocidas como Haredim. Sin embargo, este mundo es más complejo y diverso de lo que se podría pensar. Este artículo explora la vida en estas comunidades, destacando cómo mantienen un equilibrio entre la tradición y la modernidad.
En el corazón de Jerusalén yace un misterio: el Monte Moria. Cuna de antiguas historias bíblicas y sitio de investigaciones arqueológicas, es un testigo silencioso de conflictos y creencias que han moldeado la historia de la humanidad. Desde Abraham hasta Herodes, el monte y sus alrededores, como el Muro de las Lamentaciones, ofrecen un fascinante viaje a través del tiempo y la espiritualidad.
Las provocaciones de Ahmadineyad y su régimen no solo pusieron a prueba los límites de la diplomacia internacional, sino que recordaron las sombras de Hiroshima y Nagasaki.
