La familia es el núcleo donde la vida comienza y el amor nunca termina. En cada sonrisa compartida, en cada lágrima consolada, allí reside el verdadero significado de la familia. Es un viaje lleno de momentos inolvidables, aprendizajes mutuos y un amor incondicional que crece con el tiempo. Cada familia es un universo único, con sus historias, sus risas y sus sueños.
Mi esposa me recomendó salir con otra mujer. Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.
No traten de disipar mi dolor con grandes regalos y diversiones. Me duele el corazón y éste no sana con risas sino con caricias. Todo lo que necesito es la garantía de que, aunque estén separados, ninguno de los dos me abandonará.
¿Hay un período mágico cuando los hijos se hacen responsables por sus propias acciones? ¿Hay un momento maravilloso, cuando los padres nos convertimos sólo en espectadores, en la vida de nuestros hijos, nos alzamos de hombros y decimos: Es la vida de ellos sin sentir nada?
Querido padre, Alejandro, tu que siempre pensaste que llamar a su padre «Papá» era un error. Que Papá y Mamá eran las primeras palabras que podía pronunciar un bebé y que llamar a sus padres así siendo adulto era mantener preso a sus hijos como niños. Tu que me decías «no me llamo Papá, me llamo Alejandro, yo no te llamo adad, dada o adadá..»
Kelly M. Flanagan, un psicólogo clínico estadounidense, dedicó estas líneas en abril del año 2013 a su pequeña hija, a quien llama Cutie Pie, pero también a su esposa. Además, señala que extiende sus palabras a cada mujer adulta que he conocido dentro y fuera de mi oficina de terapia.
El artículo aborda técnicas clave para mejorar la comunicación familiar, destacando la importancia del reconocimiento, la gratitud, la admisión de errores, y la escucha activa. Se enfoca en crear un entorno de respeto, comprensión y conexión emocional en el hogar.
