El amor místico es la unión sublime del alma con lo divino, un viaje espiritual donde los límites del ser se disuelven en la inmensidad de lo absoluto. Es más que una emoción; es una experiencia trascendental que eleva y transforma, guiando al corazón hacia una comprensión más profunda de la verdad universal.
Mientras cerramos esta temporada navideña, reflexionemos sobre los momentos vividos. Las risas compartidas, las conversaciones sinceras y la presencia consciente han enriquecido nuestras experiencias, recordándonos que el verdadero regalo de la Navidad es el amor y la unión familiar.
El amor, en sus variantes incondicional y condicional, ofrece un espejo a nuestras relaciones más íntimas. Mientras el primero se basa en aceptación y respeto, el segundo enfatiza las expectativas. Ambos son cruciales para entender la profundidad y riqueza de nuestras conexiones amorosas.
El amor como maestro reconoce que el alumno está recibiendo instrucción y tiene derecho a equivocarse. Considera que los errores exigen ser reparados. Además, ayuda al alumno a darse cuenta de que los errores son equivocaciones, ya que perjudican tanto al individuo como a sus compañeros.
Querer cambiar a nuestra pareja o desear que cambie es faltar al amor y al respeto. Es el germen de la separación. Idealizar a alguien, también, es faltarle al respeto. Amor enfermo: machismo y feminismo tienen un objetivo: el poder sobre el otro. No permiten que se desarrolle el amor, lo persiguen como a un enemigo.
Había una vez un hombre y una mujer que se querían mucho. De hecho, su amor era tan profundo que cada uno de ellos veía la perfección de Dios en el otro. Cada uno veía el mundo a través de los ojos del otro, pues sus almas eran como una sola.
Tres lecciones para ayudar a las parejas a superar este tiempo difícil de Coronavirus. Una crisis puede sacar tanto lo mejor como lo peor de las personas. Puede motivarnos a ser más afectuosos, proactivos e ingeniosos. También puede provocar miedo, encerrarse en uno mismo y volatilidad.
