Tal vez consideres que un «dilema auténtico» se cierne sobre ti, generándote ansiedad, intranquilidad o desasosiego y que para hallar paz, este escenario debe transformarse. Pero, ¿y si te propusiera que no existen dilemas «auténticos» y que el verdadero desafío radica en las concepciones que albergas sobre tu vivencia?
¿Dilema auténtico o concepción personal?
Descubre cómo tus pensamientos moldean tu realidad.
Consideremos el siguiente escenario: Un persona es despedida de su puesto de trabajo y percibe esto como un contratiempo mayúsculo, se angustia y vislumbra el futuro más sombrío. Sin embargo, otro individuo, al ser despedido, contempla esta situación como el preámbulo a realizar aquello que le apasiona, un espacio para el recogimiento o, tal vez, una señal para redirigir su camino.
Ambas personas experimentan el mismo suceso: el desempleo. Sin embargo, mientras una lo interpreta como un contratiempo, la otra lo ve como un llamado…
¿Por qué, entonces, afirmar que ser despedido es el «dilema auténtico»?
Si tal fuera el caso, toda persona que atraviese el desempleo debería sentir la misma pesadumbre, pero la realidad demuestra lo contrario.
La auténtica cuestión yace en tu interior, en esos relatos sombríos que te narras a ti mismo sobre lo que implica perder un empleo. Esas narraciones, lejos de ser una verdad irrefutable, obnubilan tu percepción y te privan de avistar las oportunidades que la vida, en su inmensidad, te ofrece.
Es un alivio comprender (o al menos estar dispuesto a considerarlo) que ningún factor externo posee el verdadero poder de alterar tu equilibrio. Dado que, como habrás experimentado, modificar el entorno no siempre es una tarea asequible.
Es al reconocer que tus pensamientos son el verdadero origen de tu inquietud, cuando puedes orientar tus esfuerzos hacia el único terreno en el que realmente puedes influir: tu universo interno.
Y, al haber descifrado que tus concepciones son el núcleo de tus inquietudes, tal vez te surja el cuestionamiento: ¿cómo puedo enfrentar y transformar estas ideas que me habitan?.
Byron Katie y la travesía interior: cuestiona, reflexiona y transforma tus ideas
Byron Katie, una guía espiritual y autora del aclamado libro “Amar lo Que Es”, nos revela una verdad inmutable: el sufrimiento se manifiesta cuando nos aferramos a nuestros pensamientos. Sin embargo, cuando nos aventuramos a cuestionarlos, el sufrimiento se desvanece como la niebla ante el sol naciente.
Ella nos propone un sendero de cuatro etapas, un ritual para el alma, que ha iluminado a innumerables almas errantes. Invito al viajero interno a explorar:
Selecciona el pensamiento que más sombra arroja en tu corazón ahora mismo. Aborda estas preguntas con la serenidad de un monje tibetano ante su mantra, permítele a las respuestas fluir desde la fuente de tu esencia. Como guía en este recorrido, tomemos el pensamiento “Él no me observa”.
¿Es ese el reflejo de la realidad?
Cuando piensas que «él no te observa», ¿resuena esa afirmación como la verdad de un mantra ancestral? La respuesta, al igual que el fluir del Ganges, debe ser clara: sí o no. Si es no, sigue el curso del río hasta la tercera etapa.
¿Eres capaz de discernir con la claridad de esa verdad?
Al cuestionarte si realmente «él no te observa», ¿puedes afirmar con la certeza de los sabios que, aunque no cruce miradas contigo, no está sintiendo tu presencia? ¿Que su aparente distancia no es más que una máscara? La respuesta debe ser tan pura como el agua de manantial: sí o no.
¿Qué siente tu ser, qué movimientos causa en tu alma, al aferrarte a ese pensamiento?
Reflexiona, ¿qué melodía resuena en tu interior al pensar que él no te observa? ¿Cómo cambia tu danza con él, tu interacción, bajo la sombra de esa idea? ¿Qué vibraciones genera este pensamiento en tu cuerpo y espíritu?
¿Cómo brillaría tu esencia sin ese pensamiento?
No intentes apagar la llama de ese pensamiento, simplemente imagina, como quien visualiza un amanecer en el Himalaya, cómo sería tu existencia si ese pensamiento no eclipsara tu sol interno. ¿Cómo bailarías con él si esa idea no enturbiara tu danza?
Tu universo interno: la auténtica raíz de tus inquietudes y cómo enfrentarlas
La etapa subsiguiente en este viaje introspectivo es transformar los pensamientos de la forma siguiente:
Transformarlo al contrario (gira de 180°)
“Él realmente me observa”. Detente un momento y percibe todos los sentimientos que emergen al considerar esta idea. Enfrentar esta perspectiva y observarla sin evasivas a menudo demanda coraje, pero los frutos que se cosechan justifican el esfuerzo.
Cuando el horizonte mental se expande, comienzas a identificar ocasiones en las que, efectivamente, él te observa. Esto te facilita mirar a otros desde una perspectiva renovada, reconociendo detalles que antes permanecían invisibles. Es admitir la chance de que nuestras previas creencias pueden no haber sido certeras.
Transforma hacia el prójimo
“Yo no le observo a él”. Halla situaciones donde tú no le has dado la debida atención. Reflexiona sobre cómo, en ocasiones, aquello que anhelamos de los demás es lo que nos cuesta brindar.
Transfórmalo hacia ti
“Yo no me observo”. Esta, posiblemente, sea la transformación más reveladora. Te invita a reconocer cómo, en diversas circunstancias, has descuidado darte atención a ti mismo. Y al descubrir esto, surge la pregunta: ¿cómo puedo esperar que él me observe si yo no me dedico tiempo?
Gracias a esta introspección, podrás emprender las correcciones necesarias en tu relación contigo mismo.
En última instancia, aquello que te perturbaba del otro te guía hacia auto-descubrimientos que, de otro modo, hubieran permanecido ocultos. El otro se manifiesta como un reflejo tuyo, convirtiéndose en un invaluable presente.
Más Allá de las Coincidencias: El Poder de Pensar
No es suerte, no es magia, es la fuerza de tus pensamientos. Descifra el enigma y despierta a la maravilla de tus capacidades mentales… leer más>>
Este artículo ha sido posible gracias a Sandra Iozzelli