Estamos rodeados de información sobre cómo combatir el estrés, pero ¿podemos reconocer los tipos de estrés que podemos sufrir antes de buscar ayuda? Algunas ideas para el manejo del estrés van desde ayudarlo a meditar, al arnés espiritual y la confianza en Dios, hasta tener una mascota.
Cómo reconocer los tipos de estrés que puedo tener
Sin embargo, conocer la raíz del problema es una buena manera de saber cuándo buscar ayuda profesional. Esto probablemente sea apropiado ya que no todo el estrés debe considerarse una enfermedad. Podemos experimentar estados acelerados insatisfactorios.
Tipos de estrés
Las búsquedas en Internet arrojan muchas clasificaciones de estrés basadas en su efecto en el cuerpo. Sin embargo, la Asociación Americana de Psicología distingue tres formas:
Tensión aguda
Es causado por las demandas y presiones de eventos pasados o ansiedad sobre el futuro.
Se manifiesta por reacciones a corto plazo y sensaciones desagradables, por lo que no daña significativamente a una persona. Durante el tiempo que ocurre, los síntomas más comunes son:
- Irritabilidad, ansiedad y depresión conforman los tres sentimientos de estrés.
- Dolores de cabeza, dolor de espalda y mandíbula, así como tensión muscular. Los problemas estomacales e intestinales se reflejan en acidez estomacal, flatulencia, diarrea y estreñimiento.
- Presión arterial y taquicardia, palmas sudorosas, palpitaciones, mareos, dolor torácico. Aunque este sentimiento es incómodo, es temporal y manejable. Suele bastar con relajarse o esperar superar los acontecimientos que la provocaron.
Episodios de estrés agudo
Son personas que tienen vidas desordenadas y muchas responsabilidades que no saben controlar.
La necesidad de resolver problemas hace que estén más agitados y ansiosos que tristes. Por otro lado, realizan actividades con mal humor y mucho estrés. Pueden cambiar las relaciones personales debido a su hostilidad. Los síntomas que aparecen son:
- Dolores de cabeza y migrañas constantes.
- Hipertensión. Cofre.
- Enfermedad del corazón; deben ser atendidos por profesionales. El problema con el tratamiento es que estas personas se resisten al cambio, por lo que solo se les puede persuadir con la promesa de aliviar su malestar.
Estrés crónico
Destruye el cuerpo, la mente y la vida de quienes la padecen.
Viene de situaciones a largo plazo que son difíciles de controlar: trauma, pobreza, familias disfuncionales, relaciones infelices.
La depresión persistente es la forma dominante de fingir, hasta el punto en que las personas se desesperan y desisten de encontrar soluciones. Así es como la gente se acostumbra, piensa que es normal, y se salta pedir ayuda.
Requiere apoyo profesional, sobre todo porque puede conducir al suicidio, situaciones violentas, infartos e incluso cáncer.
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