Según se acercan los días de las fiestas entramos en una prisa psíquica que nos empuja a los preparativos de las mismas; sin embargo es propicio recordar que lo más importante es hacerlo conscientemente y desde la auto observación.
Preparándonos para un nuevo ciclo
Más adentrados los días del final del año les ofreceré un ritual para esperar el próximo año abiertas y receptivas al espíritu vivo de la verdad de Dios, pero ahora les ofrezco cinco pasos para hacer una autoevaluación de este que está a punto de finalizar.
Paso 1
Haz un recuento de lo que te propusiste lograr para este año que está a punto de finalizar.
Paso 2
¿Cuáles fueron los propósitos que lograste y cuáles fueron las cualidades, decisiones o cambios que hiciste para lograrlos?
Paso 3
¿Cuáles fueron los que no lograste y según tú conocimiento de ti misma, cuáles fueron las cualidades, decisiones, o cambios que no hiciste y por eso no pudiste lograrlos?
Paso 4
Analiza si fuiste consciente al momento de proponerte esas metas o propósitos. ¿Acaso fue solo uno y le pusiste tanta fuerza que no lo soltaste al universo? ¿O tal vez por el contrario, fueron demasiados y dispersaste tu energía de tal modo que no lograste nada o muy poco de aquello que te propusiste?
Paso 5
Medita sobre cuál ha sido la manera que gracias a tus propósitos logrados y no logrados (porque todo cuenta) haz aprendido, avanzado y evolucionado como ser que ilumina este planeta y de qué manera tus logros apoyan a los demás en su crecimiento.
Y por último celébrate, no importa cuánto haz logrado o no estás en el camino y volverás a tener en el año 2020 trescientos sesenta y cinco días de oportunidades para lograrlos.