Este es un refrán que he usado muy poco, y aunque sus palabras son certeras, me parece que suenan demasiado fuertes. El Evangelio de Mateo dice que con la misma vara que midieres, serás medido.
Quien a hierro mata, a hierro muere
La Metafísica, donde mejor lo aprendí, lo explica a través de la Ley de Causa y Efecto, la cual establece que todo lo que haces, sea positivo o negativo, se te devuelve.
Independientemente de cómo lo hayas aprendido, ya sabes que todo pensamiento, sentimiento y acción que produces, tendrán efectos que regresarán a ti.
Todo regresa a su punto de origen
Es importantísimo para todos los seres humanos aprender esta Ley
Para el que odia, y ha pasado su vida rechazando, condenando, juzgando, menospreciando, manipulando y castrando, es vital saberlo y estar consciente de ello.
Cuando el odio se devuelve, convierte todo en cenizas
Más vale nunca haber odiado, rechazado o hablado mal de nadie.
Contrario a lo que muchos piensan, la Ley de Causa y Efecto es totalmente compasiva, ya que te da la oportunidad de experimentar en carne propia el sufrimiento que les has causado a otros.
Te permite enfrentar tu parte negativa para transmutarla en positivo y pedir perdón a quienes le has causado daño.
Debes siempre pensar antes de hablar, sentir y actuar, asegurándote que todo lo que lances al exterior sea positivo y constructivo.
Solo así, por tus buenos méritos, serás premiado con bendiciones en abundancia. Mucho ojo, ni se te ocurra alegrarte de los efectos que pueda tener esta Ley en los demás.
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