¿Qué hay detrás de un suicidio? ¿Es simplemente un arrebato o la culminación de una larga y tortuosa enfermedad mental? De acuerdo con Víctor Alejandro Payá Porres, especialista en psicología social de grupos e instituciones, por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) , todo suicidio comunica algo más que el hecho mismo.
Descubre lo que se oculta detrás de un suicidio
Esto lo descubrió junto a un grupo de especialistas que revisaron más de 700 expedientes de suicidas del Servicio Médico Forense (Semefo) del Distrito Federal. El resultado de la investigación de Payá Torres y su equipo fue el libro El don y la palabra, un texto en que se habla del suicidio:
El libro trata de reconocer de manera explícita lo que a veces han apuntado de forma muy temerosa los médicos: en la historia de la familia podemos consciente e inconscientemente hacer cosas y producir cosas que en un momento determinado lleven a la actuación violenta, llámese abuso sexual, agresión, homicidio o suicidio.
No se trata de echarle la culpa a nadie
Pero sí se trata de reconocer que hay historias. Cuando los médicos hablan de enfermedad mental o de suicidio, siempre reconocen la historia de los sujetos, siempre están presentes las dinámicas de familia.
Estos son algunos de los descubrimientos que hizo el equipo de Payá Torres:
Se modifica la dinámica grupal familiar o social. Quien comete suicidio se percibe como una persona que se ‘sacrifica’ por el grupo y hace un ‘ritual’ para cambiar la dinámica que considera que no funciona
El suicida cuenta una historia a través de su actuar. La historia familiar del suicida queda revelada a través de diferentes aspectos: objetos, fechas, la manera de vestir, la decisión de cómo morir y cómo prepara la escena.
Tratan de ‘saldar’ una cuenta pendiente
Los especialistas revelan que con su muerte, el suicida intenta comunicar algo que en vida no logró decir. Puede ser un reproche, una agresión o sencillamente evidenciar que perdió por completo el sentido de la existencia.
Motivaciones distintas por edades
Cuando el suicidio ocurre en la niñez o en la adolescencia se trata de un acto de arrebato, que en ocasiones gira en torno a la falta de comunicación en los núcleos familiares.
Por el contrario cuando sucede en la tercera edad, el abandono que las personas llegan a sentir, así como la enfermedad y el dolor, juegan un papel muy importante. En apariencia hay pocas cosas que puedan ‘reanimar’ a las personas que sienten a su cuerpo como su principal enemigo.
Todo retorna
Los expertos enfatizan que hay cosas que no se olvidan, simplemente se reprimen, pero al hacerlo retornan a nuestra realidad de una forma a veces violenta. Según el sociólogo, no hay familia que esté vacunada contra cuestiones de violencia.
“No se trata de echarle la culpa a nadie, pero sí se trata de reconocer que hay historias. Cuando los médicos hablan de enfermedad mental o de suicidio, siempre reconocen la historia de los sujetos, siempre están presentes las dinámicas de familia”, advirtió.
El sujeto, por mucho que tenga una depresión crónica endógena, tiene una historia; y la historia de la familia muchas veces puede alimentar esa depresión, si no es que la generó, concluyó el doctor Payá Porres.
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