En la diversidad de los días y en los intercambios de diálogos cotidianos, recientemente tuve una conversación reveladora con Lucía, quien compartió su punto de vista sobre una situación que la aquejaba con frecuencia.
El Poder de Escuchar: La Experiencia de Lucía
Lucía, una mujer de espíritu comunicativo, encuentra obstáculos para conectar con aquellas personas que adoptan un enfoque vehemente, se empeñan en imponer su perspectiva y manipulan la información, despojándola de la posibilidad de una conversación equitativa.
Lucía relató cómo, una y otra vez, se había cruzado con este tipo de personas, asombrándose de su aptitud para distorsionar la realidad, y se presentaban a sí mismos como víctimas, incomprendidas y perseguidas.
En estas situaciones, solía verse reducida al silencio o se veía obligada a realizar débiles intentos para defender su punto de vista, solo para enfrentar la distorsión de sus palabras o el bloqueo a un consenso satisfactorio.
La comunicación efectiva: una habilidad esencial para el éxito
La comunicación con estos individuos parecía ser como un muro infranqueable, causándole desconcierto, dado que solo sucedía con ciertas personas, mientras que con otros no tenía problemas para entablar una comunicación efectiva.
Según ella, encontraba más facilidad para interactuar con personas asertivas, que practicaban la escucha activa y respetaban los diferentes puntos de vista. Sin embargo, señaló que sentía una mayor libertad de expresión al interactuar con aquellos fuera de su círculo íntimo, probablemente porque no existía el temor de dañar vínculos preexistentes.
En los escenarios más delicados, cuando involucraba a familiares, amigos o colegas de trabajo, había una preocupación subyacente de romper esos lazos por la incapacidad de llegar a un consenso.
Cómo mejorar la comunicación efectiva a través de la escucha activa
Subrayando la diferencia en la comunicación con personas con las que se puede hablar libremente y con respeto, Lucía resaltaba la importancia de sentirse escuchada y de no ser tomada como ofensiva. Insistía en lo crucial que es practicar la escucha activa y a su vez, tener la certeza de que la otra persona también está comprometida con lo que se dice.
Lucía nos alentó a no temer a la indagación, a solicitar más información o aclaraciones y a resumir nuestro entendimiento para confirmarlo con nuestro interlocutor. Aseguraba que de esta manera se podría garantizar la comprensión correcta del mensaje y construir los puentes que nos permitirán acercarnos más a los demás.
En un mundo cada vez más ruidoso, el llamado de Lucía a practicar la escucha activa cobra más importancia. La comprensión y el respeto mutuo son las claves para construir una comunicación efectiva y relaciones saludables, y todos deberíamos esforzarnos por ser mejores oyentes.
Este artículo es producto del valioso aporte de Magdalena Araújo, una destacada psicóloga y orientadora familiar, quien también se desempeña como formadora en una amplia variedad de temas que incluyen familia, pensamiento y creatividad.
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