El karma no es simplemente una punición por haber hecho daño en el pasado. Tampoco es una sentencia dada por un ángel voraz ansioso de castigar. No hay que ver el karma de esa manera, como una ley despiadada y vengativa.
¿Puede el karma acortar una vida por compasión?
¡No! El karma a nivel humano es ante todo educativo y re-educativo. Por lo tanto, ya que lo más importante es salvar al humano y no castigarlo, al mismo tiempo que el Señor del karma da la retribución exacta de lo que el hombre creó, es decir, los instrumentos para su depuración.
Al mismo tiempo también le da al hombre los consejos para que sea capaz de sostenerse durante esa depuración. Así, el Señor del karma le dice a la joven alma que va a reencarnar:
¡Atención!
En tu nueva vida terrestre que vas a comenzar, esperamos que realices tal y tal cosa, y que te liberes de estos otros aspectos. Ahí está tu punto kármico, pero para que lo logres, tienes que considerar ciertos elementos.
Y el Señor del karma le hace la lista de los elementos que debe de considerar para tener éxito en el asunto. Ya sea para que el ser se libere del karma negativo generado en el pasado, ya sea para que cumpla con su destino, el cual puede ser también kármico.
Desafortunadamente esos consejos son muy pronto olvidados
Simplemente porque en el transcurso de la vida en la tierra, surgen nuevos espejismos, nuevas ilusiones, nuevos abismos. Y a fuerza de hundirse en esas tinieblas, el individuo, no sólo no logra depurarse de su karma negativo que ha acumulado en las vidas pasadas, sino que añade aun más.
Lo que hace que llega un momento para esas personas que sería mejor que no siguieran viviendo. Por ello, hay un gran número de gente que muere antes del lapso previsto, porque todo lo que hacen en sus vidas es acumular más karma malo, sin haber podido depurar su viejo karma.
Entonces, la Ley de compasión se dice..
«Si dejo a este hombre vivir más tiempo, va ennegrecer tanto su ser, va ennegrecer tanto su cuerpo astral y su cuerpo de vitalidad que se requerirá que lo desintegre, porque la eternidad no será suficiente para depurar tanto karma, sobre todo que si no tiene la fuerza para depurar el karma que actualmente tiene, menos fuerza tendrá para depurar uno aún mayor.»
En ese momento ocurre un fenómeno muy interesante. El Ángel de la Compasión no necesita enviar un rayo de destrucción o de muerte hacia la persona, él es un ángel de la compasión, no de la venganza.
Simplemente envía una bendición llena de amor
Llena de felicidad, llena de paz y al momento que esta toca a la persona, su sistema vibratorio oscuro no puede soportar el elevado nivel vibratorio de esa bendición, lo que produce un corto circuito y un desprendimiento abrupto entre el ego inferior (el cual definitivamente no se le puede hacer comprender nada) y el alma.
La personalidad estando cortada del alma, la muerte sobreviene rápidamente.
Si el karma no es muy pesado
Se puede esperar una nueva reencarnación con de nuevo la unión del alma y una nueva posibilidad de evolución. Si el mal que la persona ha hecho es verdaderamente demasiado grande seguirá una serie de reencarnaciones sin la unión del alma.
Esas entidades evolutivas encarnarán como personalidades separadas de su alma. Sin embargo, esos individuos no son dejados al azar de la vida, no son lanzados en la reencarnación sin ninguna protección.
Existe, si me puedo exprimir así, una especie de “oficina especial” donde un cierto nombre de entidades celestes están encargadas de vigilar la evolución y depuración de esas personalidades.
Cuando la depuración se ha completado, el vínculo se rehace con el alma y la evolución puede proseguir para buscar alcanzar una vida de conciencia plena, llena de felicidad.
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