La tradición celta es una de las más antiguas y extraordinarias que existen en el mundo. Sus costumbres, leyendas e historia resultan muy atractivas para el curioso, gracias a su puesta en escena en películas y series de televisión. Los proverbios celtas, a su vez, siguen estando vigentes en el ideario popular como una fuente de sabiduría importante.
Proverbios Celtas sobre la Vida y el Amor
Si bien sus territorios se concentraron principalmente en Gran Bretaña, sus dominios se ampliaban, por un lado, hacia el este de Europa y por otro hacia España y Portugal.
Su influencia en nuestra idiosincrasia aún sigue vigente en zonas como Galicia, que todavía mantiene sus fortificaciones, denominadas castros, cuya función era servir de refugio en tiempos de guerra.
Eran grandes aficionados a las artes, lo que les confería una sensibilidad muy especial. De ella surge también su conocimiento, que da lugar a los famosos proverbios celtas. Destacan por su sinceridad, su honestidad aplastante y sobre todo por su sabiduría interna.
Un huésped constante nunca es bienvenido
Ser hospitalario es una virtud; abusar de la confianza del anfitrión, una falta de educación. Si vas a visitar a un familiar o amigo, recuerda permanecer el tiempo adecuado. No debes olvidar que estás en una casa que no es tuya y que por lo tanto solo eres un invitado.
Los días o semanas que estés allí procura ayudar en todas las tareas. Sé amable y cortés, y antes de irte, regala al dueño un detalle. De esta forma sabrá de tu gratitud y volverá a invitarte en un futuro.
Acuéstate con perros y te levantarás con pulgas
Este es uno de los proverbios celtas más conocidos. Ten cuidado con las personas con las que te relacionas, sobre todo si sabes que no son buenas, sobre todo si depositas en ellas confidencias que pueden volverse en tu contra.
Muchas veces tendemos a acercarnos a gente que no nos conviene por diversas razones, de manera que en terreno social la inteligencia también puede conferirnos una gran ventaja. Si después de ignorar las advertencias te ves perjudicado por tu decisión, la responsabilidad será tuya.
Contra las palabras llenas de ira nada mejor que una boca cerrada
Ante insultos, gritos y amenazas, lo más elegante y acertado que se puede hacer es no contraatacar. Una persona enfadada muchas veces manda mensaje sin pensar en el contenido, en la forma o en los dos aspectos. No caigas en la tentación de ponerse a su altura y sé prudente, especialmente si valoras la relación que tienes con esa persona.
La sensatez y el saber elegir las palabras son habilidades imprescindibles para que una discusión acalorada no termine desviándose al terreno de lo personal, produciendo de esta manera heridas profundas.
La contención en este sentido demuestra tu nobleza y tu saber estar: si tú no bajas al nivel de la otra persona, lo más habitual es que esta, tarde o temprano, se termine incorporando al tuyo. Además, te habrás ganado su respeto y admiración.
Algunas de las bayas más dulces crecen entre las espinas más puntiagudas
Muchas veces nos sentimos desalentados con nuestras metas vitales. Nos damos cuenta de que nos estamos esforzando al máximo, pero no vemos los resultados: hacemos una fuerza que no genera trabajo.
Los celtas nos dicen que intentemos que esta situación, difícil seguramente, termine con tus reservas de esperanza: con el esfuerzo y la constancia, los resultados llegan en positivo, aunque no siempre sean los esperados.
El trabajo duro es gran aliado de la suerte. Puede que el camino sea largo y lleno de obstáculos, pero la recompensa siempre merecerá la pena. Piensa que de poco sirven algunas inspiraciones si no nos pillan trabajando.
Mira hacia el sol, pero no le des la espalda a la tormenta
Todos tenemos épocas buenas y malas; por mucho que queramos lo constante o lo cotidiano, la vida tiene una naturaleza dinámica. Este es uno de los proverbios celtas que te invita a mirar hacia el futuro con optimismo, pero no te confíes: puede que la tormenta te pille por sorpresa.
Los celtas nos dicen que intentemos mantener un sano equilibrio entre la ilusión y la precaución, entre la aventura y el «por si acaso», de manera que el crecimiento por tu parte sea posible en cualquier circunstancia.
En este sentido, el valiente no es el que ignora los miedos, sino el que actúa sobreponiéndose a ellos. El que se atreve a calibrar riesgos y actúa asumiendo las consecuencias de sus decisiones.
Perdona el error, pero no lo olvides
Perdonar es de sabios, pero olvidar es de necios. Perdona a aquellos que te hayan hecho daño y olvida el hecho particular, pero guarda en tu memoria aquello que aprendiste. Especialmente si el daño causado no fue intencionado, te han pedido perdón o has apreciado por parte de la persona que se equivocó un intento de reparación.
El perdón te hará fuerte y a la vez más sabio. Utiliza la lección que hayas aprendido para entender cómo pueden sentirse los demás cuando tú te equivocas. Piensa que la convivencia es sobre todo un ejercicio de empatía, especialmente en y ante el error.
La verdad es a veces amarga. Pero como toda medicina, es necesaria de tragar
Hay veces que nos da tanto miedo la verdad, que preferimos escuchar la mentira. Nos engañamos a nosotros mismos para no hacer frente a las situaciones… cuando en el fondo sabemos que es un error. Aceptar es el primer paso para el cambio, para la actuación e incluso para la resignación cuando no tenemos margen para nada más.
A largo plazo, si la mentira es de calado, acaba haciendo más daño que la verdad. Piensa si prefieres un golpe seco, pero certero, o una herida crónica de difícil cura. Tus elecciones son el canal sobre el que ejerces la proporción de control que te corresponde sobre lo que te sucede.
Estos proverbios celtas no hacen más que resaltar que los celtas eran un pueblo con reflexiones clásicas, entendiendo como clásico aquello que difícilmente se puede hacer mejor. Además de astutos estrategas, fueron pioneros al permitir que las mujeres tuvieran acceso a la propiedad privada sin depender de ningún hombre.
Hoy en día, sus enseñanzas cobran más peso que nunca y nos demuestran que la tolerancia, la prudencia y la comprensión del mundo ya eran temas sobre los que se reflexionaba hace más de mil años, llegando a conclusiones y premisas que no dejan de ser brújulas inteligentes para el mundo actual.