Para ver a los Ángeles se debe entrar al mundo que ellos habitan. Esto se hace por medio de la oración, la meditación y la entrega fervorosa.
Programar Ángeles para pensamientos de bondad y amor
No se puede comprobar la existencia del mundo espiritual por medio de experimentos tecnológicos modernos, la oración es el estado místico que se requiere para lograr la unión con Dios y sentir la presencia de los Ángeles.
Ángeles del bien
Cada vez que se emite un pensamiento de bondad, de amor hacia la humanidad, de deseo de hacer el bien, de oración, sale del emisor una luz brillante que asciende hacia los planos superiores donde habitan los Ángeles o seres de luz; es decir la energía que es igual a la luz sube hacia un plano de luz.
Allí es recogida por los Ángeles del bien y con esto substancian situaciones de amor alrededor del emisor, y si el pensamiento es para producir el bien en una persona o lugar determinado, esta energía se conserva hasta que exista suficiente oraciones para producir el “milagro” o situación que desea el emisor; así se crea un gran egregor de buena voluntad hacia nuestro objetivo.
Es de suma importancia tener y mantener pensamientos continuos en el bien, en la oración y la buena voluntad; ya que son factores decisivos para “materializar” la petición.
Por medio de la oración grupal se puede formar más rápido el “milagro”, creando ambientes propicios como los que existen en diferentes comunidades, por medio de la devoción profunda, imágenes sagradas, velas, flores blancas, incienso y agua bendita.
Si los pensamientos son elevados y de amor noble, emiten energía vibrante y cuando son sostenidos adquieren la forma de seres “alados” protectores, dispuestos a ayudar, guiar y proteger.
Lo dice la biblia
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Mateo 18: 19 – 20
Oración para el final del día
Señor mío y Dios mío, te doy gracias porque soy hechura de tus manos, porque eres Tú el que me has dado el ser y me has mantenido en la existencia por tu amor. Termino este día seguro de que tengo que aceptarme y amarme tal cual soy y que no debo envidiar a nadie.
Tú eres mi Dios, me amas tal cual como soy y me das fuerza y ánimo para que siga mejorando cada día. Permite que me perdone por las equivocaciones que he cometido y que me hacen sufrir, permite que me reconcilie con mis proyectos y planes para no fracasar en el intento de realizarlo.
Sabes que requiero de tu ayuda y que sin Ti nada puedo hacer. Ahora puedo dormir sereno y tranquilo, porque sé que estás aquí a mi lado, llenándome de alegría y de paz, para que pueda descansar plenamente.
Bendice a todos aquellos que quieren hacerme daño, sé Tú quien les muestre que la violencia, el desquite no conducen a nada bueno.
Amen
Del libro: «MANUAL DE ANGELES» Vol. 1 de Lucy Aspra
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