El genio de Leonardo Da Vinci (1452-1519) se anticipó de varias maneras al siglo en que vivía. Tanto a través de sus diseños de armas como de otros sistemas tecnológicos, dejó un legado que hasta hoy es estudiado.
Profecías de Leonardo Da Vinci
Por supuesto, su creatividad e imaginación no se detuvieron en lo tecnológico y lo científico, sino que también fueron más allá, de manera que también, a través de textos, pudo prever cambios sociales (aunque también tecnológicos) que ocultó a la Iglesia.
En la actualidad, muchas de las frases legadas por Da Vinci se interpretan como profecías, especialmente las que (a juicio de quienes las analizan) se han cumplido.
Está claro que no hablamos de cuestiones que excedan los límites de lo real, no hablamos de inspiraciones divinas ni nada de eso, sino de un hombre que pudo, a partir de acercarse al conocimiento del espíritu humano y de las capacidades de la especie, prever cambios sociales y tecnológicos (especialmente tecnológicos) que tarde o temprano llegarían.
Selección de las profecías de Leonardo Da Vinci
A continuación, una selección de las “profecías de Leonardo Da Vinci”, que para algunos analistas se anticipan al teléfono, a las guerras mundiales, al calentamiento global, a las enfermedades creadas en laboratorios, a los embalses, al consumismo, a los juegos de pelota y muchos más.
Nosotros preferimos dejarlo a la libre interpretación de cada uno de los lectores.
Se verán seres sobre la tierra que estarán siempre luchando unos contra otros ocasionando grandes pérdidas y muertes de ambos lados.
La malicia no tendrá límite y derribarán árboles y selvas
Cuando ya estén hartos de los alimentos, repartirán muerte, aflicción, terror y sufrimiento a cualquier tipo de criatura. Su orgullo limitado les llevará a querer llegar hasta el cielo, pero su peso excesivo los mantendrá aquí.
Nada de lo que hay en la tierra quedará sin ser perseguido y estropeado. Los cuerpos se convertirán en tumbas, verán personas luchando unos contra otros con muchas pérdidas y muertes.
El agua de los mares se elevará por encima de los montes y hacia el cielo. Caerá sobre las moradas de los hombres.
Los hombres se hablarán los unos a los otros, desde los países más lejanos y se responderán de la misma manera. Todos los hombres cambiarán de hemisferio en un instante. Se hablarán, tocarán y abrazarán aunque estén en un hemisferio diferente, comprendiendo sus respectivas lenguas.
El agua caerá de las nubes en movimiento sobre el borde de las montañas, se detendrá por un largo tiempo sin moverse y luego caerá sobre diversas provincias y terrenos.
Muerte humana
Las obras humanas serán la causa de la muerte humana. Por medio de las estrellas, los hombres podrán moverse rápidamente usando animales, convirtiéndose en seres lo más parecidos a ellos, los más veloces.
Saldrá de debajo de la tierra una cosa con espantoso ruido que aturdirá a los que se encuentren en el lugar y con su fuerza podrá demoler castillos y ciudades.
Los mismos que pasan por tener juicio y experiencia estarán buscando ávidamente cualquier cosa de la que no tienen necesidad. El cuero de animales causará gran agitación entre los hombres, quienes lo lanzarán unos contra otros, con grandes juramentos y gritos.
Cuerpos sin alma
Los cuerpos sin alma podrán moverse por sí solos, transportando una innumerable cantidad de muertos y tomando las riquezas de los vivos circuncidantes.
Se verán a los árboles de los Monte Tauro, del Sinaí, del Atlas y de los Apeninos, atravesar el aire desde Oriente a Occidente, para transportar muchos seres humanos.
Cuántos augurios, muertos, separaciones de amigos! Cuántos de ellos no volverán a su patria, muriendo insepultos, dejando sus huesos en diversos lugares del mundo.
Los animales que vuelan sostendrán al hombre con sus plumas. En todas las ciudades, castillos y casas, movidos por la necesidad de comer, los hombres sacarán su propio alimento de la boca sin que pueda defenderse.
Se verá a varios hombres, muy cobardes, que permitirán que los demás triunfen a causa de sus males y que se enriquecerán con la pérdida de la verdadera fortuna, es decir, con su salud.
Como la juventud femenina no se puede defender de la lujuria del hombre ni de la vigilancia de los padres, los muros y las fortalezas, verás llegar el tiempo en el que el padre y parientes pagarán muy caro al que quiera dormir con ella, aunque sea hermosa, rica y noble.
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