La Profecía Kalachakra: El Dominio de Rudra Chakrin y los Misterios del Rey del Mundo
La Profecía Kalachakra nos susurra acerca de Rudra Chakrin, aquel monarca que desplegaría su dominio sobre el mundo, convirtiendo cada rincón del orbe en una extensión de la mítica Shambhala. Los habitantes de esta nueva era no verían sus frentes perladas por el sudor al ganarse el sustento. La tierra, generosa, ofrecería sus frutos sin requerir cultivo y las sombras de las enfermedades se disiparían.
Estas predicciones hacen eco a las promesas inscritas en el Libro de Isaías, las escrituras antiguas:
«He aquí que forjo cielos nuevos y tierra renovada. Del pasado no quedará recuerdo ni pensamiento. Mas regocijaos y alegraos por lo que he creado. Pues traigo a Jerusalén alegría y a su gente, júbilo. No más llantos ni clamores en ella. Ni infantes que perezcan jóvenes, ni ancianos que no vivan sus días plenos. Aun el joven no partirá sino a la edad de un centenario.» (65:17-20).
Cuando el soplo final de la vida se acerque, el terror de lo desconocido no embargará a las almas, pues tendrán la certidumbre de renacer en un Reino Puro, una morada aún más espléndida que la actual Shambhala.
Los manuscritos de Kalachakra anticipan que tras el ocaso de Rudra Chakrin, su legado pasará a manos de ocho monarcas. Sin embargo, el velo del misterio cubre los eventos posteriores. Algunos venerables Lamas sostienen que, una vez Rudra Chakrin haya triunfado sobre sus adversarios, revelará nuevas visiones del porvenir.
Los rumores del «Rey del Mundo» hallaron su camino hasta occidente gracias al explorador Ferdinand Ossendowski, quien, en las tierras de Mongolia, escuchó susurros de un Rey de Agarthi, el dominio oculto bajo la tierra.
Para muchos eruditos, este Rey de Agartha no sería otro que el Rey de Shambhala descrito en las Escrituras Kalachakra, situando a Shambhala como el corazón palpitante de Agartha. Sin embargo, hay voces disidentes en esta interpretación.
En el año 1920, mientras Ossendowski se encontraba en la antigua Urga, ahora Ulan-Bator, el Lama Bibliotecario del monasterio le compartió relatos sobre las manifestaciones del Rey del Mundo, sus milagros y presagios. Se decía que en tiempos del Budismo primitivo, en la India y Tailandia, este rey deslumbraba a las masas:
“Desfilaba en un carro tirado por elefantes adornados con tejidos ricos y piedras preciosas. Con un manto albo y una tiara roja que escondía su rostro bajo hilos de diamantes. Su bendición, un cetro dorado con un cordero en la cima, tenía el poder de devolver la vista a los ciegos, el oído a los sordos, el caminar a los lisiados y la vida a aquellos que la habían perdido, con solo una mirada.”
En épocas más cercanas, se hablaba de apariciones del Rey en los Monasterios de Sakkai, Erdeni Dzu y Narabanchi Kure. Ossendowski fue testigo de un relato en el que se decía que un mensaje escrito en un lenguaje desconocido y en láminas de oro había sido entregado por el Rey a un Buda Viviente y al Tashi Lama.
El mensaje, indecible para la mayoría, fue comprendido por el Tashi Lama tras una profunda meditación, en la que los pensamientos del Rey del Mundo se revelaron a él.
Revelaciones del Rey del Mundo: Profecías de Agarthi y el Destino de la Humanidad Hacia 2029
En el albor de 1921, el venerable Jelyl Dyamsrap, el Hutuktu de Narabanchi Kure, confió al sabio Ossendowski una revelación asombrosa. En el año 1890, los místicos confines de su Monasterio fueron testigos de una aparición sobrenatural: el mismísimo Rey del Mundo.
Para ese momento, este augusto ser profetizó los sucesos que se desencadenarían en los próximos 139 años, divididos en tres periodos: 50, 71 y 18 años.
El Hutuktu relató que, al culminar los primeros 121 años desde 1890, la humanidad enfrentaría 18 años tumultuosos de conflictos y desastres naturales. Después de este periodo, se decía que los habitantes de Agarthi, que vivían ocultos en profundas cavernas, surgirían para presentarse ante el mundo en la superficie terrestre.
La profecía ofrecía detalles más oscuros sobre este tiempo de tribulación entre 2011 y 2029:
«Las urbes más espléndidas y majestuosas serán consumidas por el fuego en sucesión: una, luego otra, y después, una tercera… La discordia reinará entre las familias; padre contra hijo, hermano contra hermano, madre contra hija. El pecado, el delito y la destrucción de cuerpos y espíritus dominarán sin clemencia. Las familias se dispersarán y el amor y la lealtad se esfumarán. De cada 10.000 hombres, sólo uno perdurará. La Tierra quedará desolada, y sólo la oscuridad y la muerte ofrecerán sus frutos a este despojado mundo».
Estas palabras evocan, para muchos, el supuesto Plan de Genocidio Mundial urdido por una Élite Global. Se rumorea que este grupo, movido por oscuros propósitos, busca diezmar a más del 90% de la población mundial. Sin embargo, la profecía alberga un resquicio de esperanza:
«Emergerá una nación desconocida hasta entonces, que, con determinación, extirpará la maleza del desatino y del pecado. Estos valientes guiarán a los que se mantuvieron fieles al espíritu humano en una cruzada contra la iniquidad. Establecerán un Renacimiento en una Tierra que, tras ser purificada por la desaparición de naciones, resurgirá de sus cenizas».
Este vaticinio parece sugerir que no será necesario aguardar hasta el lejano 2424 para presenciar la realización de la Profecía Kalachakra. En cambio, este momento crucial podría estar mucho más próximo, quizás en el año 2029. Que así se cumpla.
Este artículo ha sido elaborado con la valiosa colaboración de Xentor Xentinel, investigador autodidacta especializado en la Historia Oculta de la Tierra y el Cosmos. Desde 1989, Xentor ha trabajado arduamente en ensamblar las piezas del vasto rompecabezas del Plan Cósmico. Ha compartido sus conocimientos en línea desde 2002 y, más específicamente, a través de blogs desde 2007.