¿Se emplea la hipnosis en la terapia de descodificación?
Dentro de la Descodificación Biológica, es crucial que el paciente tome consciencia del evento pasado que originó su conflicto.
La meta es que reviva y entienda esa vivencia para poder neutralizarla. Basados en los síntomas y la información compartida por el paciente, se formula una hipótesis sobre el momento en el que pudo haber ocurrido este desencadenante.
Este instante puede ubicarse en la niñez, durante el embarazo, o incluso en vivencias de antepasados. La única entidad que tiene el conocimiento exacto de este origen es el inconsciente del individuo.
Para agilizar el descubrimiento de este evento inicial, la hipnosis puede ser una herramienta valiosa, permitiendo una comunicación directa con el inconsciente y ayudando a identificar la vivencia que condujo al síntoma.
¿Qué ocurre durante una sesión de biodescodificación?
Las personas que optan por una sesión de biodescodificación, ya sea online o presencial, buscan entender la causa subyacente de sus enfermedades o por qué tienden a experimentar patrones repetitivos de conflictos. Así es cómo se desarrolla una consulta:
Paso 1: Diagnóstico a través de los síntomas
El individuo que solicita una sesión de Descodificación Biológica tiene el propósito de interpretar los conflictos que desencadena un síntoma específico.
Este síntoma puede ser de naturaleza física (como las migrañas), emocional (como la ansiedad) o existencial (como la dificultad para encontrar trabajo).
El descodificador personaliza su enfoque en función del síntoma y los conflictos particulares de cada individuo.
Paso 2: Exploración de la historia personal
Mediante una entrevista detallada, se buscan pistas para formular hipótesis y determinar el enfoque de terapia más adecuado. En esta conversación, se descubren detalles del pasado del individuo, sus traumas emocionales y otros aspectos relevantes.
Las preguntas se centran tanto en la razón inicial de la consulta como en experiencias tempranas, dinámicas familiares y eventos significativos en la vida del individuo.
Paso 3: Identificación del bioshock
Con base en el síntoma presentado, el descodificador busca identificar experiencias conflictivas anteriores del individuo. El propósito es ayudar a la persona a localizar el momento exacto en el que experimentó un evento traumático, conocido como «bioshock», para liberar el estrés acumulado en el cuerpo.
Diversas técnicas terapéuticas no invasivas, como la visualización, hipnosis o PNL, se utilizan para localizar dicho bioshock.
Paso 4: Facilitar un proceso de autoconocimiento
Después de identificar el conflicto que provocó el síntoma, se brindan herramientas para manejar conflictos de forma efectiva, lo que a su vez mejora el bienestar general.
Se potencian habilidades internas que facilitan la superación de adversidades y se prepara al individuo para enfrentar de manera diferente y menos dañina cualquier situación que pueda desencadenar un bioshock en el futuro.
Paso 5: Asesoría completa
No hay un número fijo de sesiones para llevar a cabo una descodificación. Dependiendo del pasado y los traumas emocionales de la persona, el proceso puede variar en duración.
Mientras que algunos conflictos pueden descodificarse en una o dos sesiones, las heridas emocionales profundas a menudo requieren una terapia más extensa y profunda. Esto se conoce como asesoría integral.
A lo largo de las sesiones, se prioriza la escucha activa, respetando el ritmo individual de cada persona, y se establece un ambiente de confianza y discreción. El fin principal de la sesión es proporcionar un espacio para la comprensión y el alivio, reconociendo y entendiendo las señales que nuestro cuerpo nos envía.
¿Puede el manejo de mis emociones alterar mi ADN?
La investigación en neurociencia y epigenética ha proporcionado valiosos datos sobre la influencia de las emociones y el entorno en la manifestación de nuestros genes, aunque es vital señalar que no producen modificaciones directas en el ADN.
Las evidencias científicas en el campo de la neurociencia nos indican que las emociones y las vivencias relacionadas tienen un efecto directo en las funciones cerebrales. Como muestra, el estrés constante puede modificar la estructura y el desempeño cerebral, repercutiendo en nuestra salud mental y anímica.
Es relevante mencionar que nuestro cerebro posee una capacidad de adaptación notable y esta plasticidad juega un papel fundamental en la forma en que percibimos y reaccionamos ante situaciones emocionales.
Por otro lado, la epigenética se dedica a analizar las alteraciones químicas en el ADN que pueden influir en la manifestación de genes sin modificar la estructura de ADN en sí. Estas vivencias emocionales y factores ambientales pueden causar variaciones epigenéticas.
Como ilustración, hay investigaciones que sugieren que el estrés constante puede influir en estas marcas epigenéticas, lo cual puede repercutir en nuestra salud.
No obstante, es crucial subrayar que dichos cambios epigenéticos no intervienen de manera directa en el ADN al punto de modificar la estructura genética. Su influencia radica en la forma en que los genes son «interpretados» y «manifestados».
Además, la epigenética es una disciplina en constante desarrollo y aún hay mucho por descubrir respecto a su amplitud e implicaciones.
En conclusión, si bien es cierto que las emociones y nuestro entorno pueden afectar nuestra neurobiología y las marcas epigenéticas, no producen una modificación directa en la estructura de ADN.
Estos campos de estudio evidencian cómo nuestras vivencias pueden repercutir en nuestra biología y salud desde perspectivas más intrincadas y profundas.
Con información de Aranzazu Par Wolder
Experta en Psicoterapia y Docencia. Líder y docente en el Instituto Ángeles Wolder. Graduada en Psicología. Máster en Psicología Educativa MIPE. Máster en Administración y Dirección de Recursos Humanos. Especialista en emergencias, catástrofes, Psicodrama, Constelaciones Familiares, Biodescodificación y Asistencia en Duelo.
