Conoce el Poder Mágico del Salmo Número 18. Los Salmos son oraciones muy poderosas en sí mismas, sin embargo el resultado de nuestra demanda dependerá siempre de nuestra fe. Por eso, es necesario poner todo nuestro empeño en pedir con fe que el cielo conceda nuestras súplicas.
Poder Mágico del Salmo número 18
Sin duda la mejor hora para realizar el acto mágico que es utilizar el Salmo 18 en la oración es por la mañana, antes del amanecer. Hay en ese momento una mayor conexión entre el universo y el hombre que reza.
Si se recomienda pronunciar el Salmo 18 por la mañana, antes de la salida del sol, y se desaconseja hacerlo de noche porque se estima que entonces las fuerzas de la oscuridad prevalecen sobre las de la luz.
Los cabalistas, que utilizan el poder de los Salmos desde la más remota Antigüedad, nos enseñan que no es conveniente rezar en aquellos lugares considerados impuros, como mataderos, cementerios, baños, letrinas, etc.
Salmo 18 para obtener algo que merecemos
Cuando queremos utilizar el Salmo 18 para obtener algo que merecemos, es muy importante ser perseverantes y no desfallecer. No hemos de desanimarnos nunca, a veces la respuesta no llega tan pronto como quisiéramos o en la forma o las palabras que desearíamos.
A veces pedimos algo que no merecemos o que no nos conviene espiritualmente. A veces el mero hecho de que no obtengamos una respuesta quiere decir que la respuesta es «no».
Si seguimos insistiendo es posible que acabemos obteniendo lo que pedimos, pero con el tiempo veremos que se trata más de un castigo que de una recompensa. Algunos sabios aconsejan que antes de cualquier petición pronunciemos la siguiente oración:
“Satisfaz mi deseo, Padre Todopoderoso, si ello no ha de perjudicarme ni perjudicar a ninguno de tus hijos”
Se trata de una excelente manera de protegernos contra los efectos negativos de nuestra propia ignorancia.
Aplicaciones que se le da al Tehilim / Salmo 18
- Un salmo de gran poder contra los enemigos espirituales.
- Asegura la victoria siempre que es merecida.
- Favorece el desarrollo de los dones extrasensoriales.
- Facilita cualquier unión con tierras extranjeras.
- Ayuda a expresar su don verdadero.
- Su oración renueva las fuerzas físicas, es buena para los convalecientes.
- Protege contra la seducción de las falsas religiones, de los dioses falsos, de las doctrinas esclavizadoras.
- Evita fraudes.
- Si se está en peligro de ser atacado por unos ladrones.
- Para quedar a salvo de la maldad de un gobernante.
Si alguna persona enferma se encuentra contigo, a quien los remedios corrientes no le han hecho bien, llena un frasco pequeño con aceite de oliva y agua, diciendo sobre él Salmo 18 y untando las extremidades del enfermo con el aceite y agua, y pronto recuperará la salud.
Lleve el salmo 18 en su cartera, si usted teme estar en peligro de ser atacado por los ladrones, o rezarlo con mucha fe, acompañado de la siguiente oración, y los ladrones te dejarán de improviso, sin hacerte el menor daño.
La oración es la siguiente
¡Poderoso, compasivo y misericordioso Dios, sea tu santísima voluntad defenderme contra el ataque de los ladrones y protegerme contra todos los enemigos, oponentes y circunstancias malas, porque tuyo es el poder y tú puedes ayudarme. Escúchame por la gracia de tu santo nombre.
Amén.
Salmo 18 – Para quedar a salvo de la maldad de un gobernante
1 Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.
2 Entonces dijo: Te amaré, oh Señor, fortaleza mía.
3 Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, el peñasco en que me refugio,
mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
4 Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos.
5 Las olas de la Muerte me envolvieron, me aterraron los torrentes devastadores,
6 me cercaron los lazos del Abismo, las redes de la Muerte llegaron hasta mí.
7 Pero en mi angustia invoqué al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio, y él escuchó mi voz desde su Templo, mi grito llegó hasta sus oídos.
La intervención salvadora de Dios
8 Entonces tembló y se tambaleó la tierra; vacilaron los fundamentos de las montañas,
y se conmovieron a causa de su furor;
9 de su nariz se alzó una humareda,
de su boca, un fuego abrasador, y arrojaba carbones encendidos.
10 El Señor inclinó el cielo, y descendió con un espeso nubarrón bajo sus pies;
11 montó en el Querubín y emprendió vuelo, planeando sobre las alas del viento.
12 Se envolvió en un manto de tinieblas; un oscuro aguacero y espesas nubes
lo cubrían como un toldo;
13 las nubes se deshicieron en granizo y centellas al fulgor de su presencia.
14 El Señor tronaba desde el cielo, el Altísimo hacía oír su voz;
15 arrojó sus flechas y los dispersó, multiplicó sus rayos y sembró la confusión.
16 Al proferir tus amenazas, Señor, al soplar el vendaval de tu ira, aparecieron los cauces del mar y quedaron a la vista los cimientos.
17 Él tendió su mano desde lo alto y me tomó, me sacó de las aguas caudalosas;
18 me libró de mi enemigo poderoso,
de adversarios más fuertes que yo.
19 Ellos me enfrentaron en un día nefasto,
pero el Señor fue mi apoyo:
20 me sacó a un lugar espacioso,
me libró, porque me ama.
21 El Señor me recompensó por mi justicia,
me retribuyó por la inocencia de mis manos:
22 porque seguí fielmente los caminos del Señor,
y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;
23 porque tengo presente todas sus decisiones
y nunca me alejé de sus preceptos.
24 Tuve ante él una conducta irreprochable
y me esforcé por no ofenderlo.
25 El Señor me premió, porque yo era justo
y mis manos eran inocentes a sus ojos.
El Señor, salvador de los justos
26 Tú eres bondadoso con los buenos
y eres íntegro con el hombre intachable;
27 eres sincero con los que son sinceros
y te muestras astuto con los falsos.
28 Porque tú salvas al pueblo oprimido
y humillas los ojos altaneros;
29 tú eres mi lámpara, Señor:
Dios mío, tu iluminas mis tinieblas.
30 Contigo puedo asaltar una muralla;
con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.
31 El camino de Dios es perfecto,
la promesa del Señor es digna de confianza.
El Señor es un escudo para los que se refugian en él,
32 porque ¿quién es Dios fuera del Señor?,
¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?
33 Él es el Dios que me ciñe de valor
y hace intachable mi camino;
34 el que me da la rapidez de un ciervo
y me afianza en las alturas;
35 el que adiestra mis manos para la guerra
y mis brazos para tender el arco de bronce.
36 Me entregaste tu escudo victorioso
y tu mano derecha me sostuvo;
me engrandeciste con tu triunfo,
37 me hiciste dar largos pasos,
y no se doblaron mis tobillos.
38 Perseguí y alcancé a mis enemigos,
no me volví hasta que fueron aniquilados;
39 los derroté y no pudieron rehacerse,
quedaron abatidos bajo mis pies.
40 Tú me ceñiste de valor para la lucha,
doblegaste ante mí a mis agresores;
41 pusiste en fuga a mis enemigos,
y yo exterminé a mis adversarios.
42 Imploraron, pero nadie los salvó;
gritaban al Señor, pero no les respondía.
43 Los deshice como polvo barrido por el viento,
los pisé como el barro de las calles.
44 Tú me libraste de un ejército incontable
y me pusiste al frente de naciones:
pueblos extraños son mis vasallos.
45 Gente extranjera me rinde pleitesía;
apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.
46 Los extranjeros palidecen ante mí
y, temblando, abandonan sus refugios.
47 ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca!
¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,
48 el Dios que venga mis agravios
y pone a los pueblos a mis pies!
49 Tú me liberas de mis enemigos,
me haces triunfar de mis agresores
y me libras del hombre violento.
50 Por eso te alabaré entre las naciones
y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.
51 Él concede grandes victorias a su rey
y trata con fidelidad a su Ungido,
a David y a su descendencia para siempre.