Padre Celestial, Rey Divino que continuamente provees el bien, que supervisas con una Providencia Divina precisa, por favor protégeme para que no sea ingrato y no niegue ninguno de los beneficios que me concedes.
Una potente plegaria de agradecimiento
Por favor dame una emuná completa para que tenga el mérito de tener fe completa y genuina en que todo lo que me pasa en lo físico y lo espiritual es para mi propio bien.
Por favor ayúdame para que sepa que no estás obligado a hacer nada por mí y que todo lo que haces es un regalo gratuito producto de Tu continuo amor a mí y Tu deseo de lo mejor para mí.
Concédeme el mérito de declarar de todo corazón mi gratitud por todo.
Gracias por el privilegio de declarar mi gratitud ante Ti si bien todo el agradecimiento que digo es una nada comparado con lo que en realidad debería agradecerte, siendo que todo proviene de Ti.
Gracias por todas aquellas cosas que he dado por sentadas y por las cuales aún no Te expresé mi agradecimiento. Gracias por cada respiración, por cada una de mis capacidades físicas, por cada órgano de mi cuerpo que funciona bien y por mi bienestar.
Gracias por el maravilloso mundo que has creado para mí
Gracias por todas las personas que son Tus mensajeros para conferirme Tu bondad. Gracias por el sustento que has proveído y que continúas proveyéndome.
Gracias, Dios del universo, por cada cosa que tengo y también gracias por lo que no tengo, ya que todo es producto de Tu Divina Providencia para mi propio bien.
Gracias por la emuná que me das, que es el más grande regalo que se le puede dar a una persona. Gracias por haberme dado un corazón, una mente y la capacidad de hacer el bien.
Gracias por toda Tu ayuda para prevalecer sobre mi mala inclinación y Tu ayuda para alejarme del mal. De hecho, todo mi éxito en mi servicio Divino es un regalo Tuyo.
Gracias
Gracias por los reveses
Las dificultades, los problemas y las derrotas que sufro y gracias también por las veces que siento amargura, porque esto me sirve para acercarme cada vez más a Ti.
Amo del universo, es sabido ante Ti que no poseo la capacidad de entender que todo lo que haces es enteramente para mi propio beneficio. Por eso Te pido perdón si Te he cuestionado y si no he sabido apreciar Tus actos y en vez de sentir alegría, me quejé y actué con cinismo.
Te pido perdón por todo lo que hice y que no fue bueno a Tus ojos y por mi falta de aprecio por todo lo que me das.
Gracias por todo el bien que me has concedido y por haberme ayudado, salvado, rescatado, protegido, alegrado, alentado y dado fuerzas. Gracias por escuchar y aceptar mis plegarias.
¡Y gracias por darme el mérito de decirte gracias en este mismo momento!
Relacionado