Mercurio comienza a retrogradar en Leo a las (23:10 hora universal) del domingo 7 de julio, y estará así hasta el 1 de agosto. El lunes 8, entre (22:30 a 23:00 hora universal), Marte se cruzará con Mercurio que viene en retroceso, en el grado 4 de Leo, así que estemos atentos al efecto que esta conjunción puede provocar en el colectivo.
Planetas Retrógrados y Mundos Paralelos
La tendencia puede ser a la agresividad verbal, por una parte, a los pensamientos agitados que generen decisiones impulsivas, y hay que tener prudencia al manejar, y con los medios de transporte en general.
Con la retrogradación de Mercurio, suman un total de cinco planetas retrógrados en estos momentos: Mercurio, Júpiter, Saturno, Neptuno y Plutón.
Retrogradación es el movimiento hacia atrás de los planetas por los signos del zodiaco, y como los signos se miden en grados, cuando los planetas retroceden, se dice que retrogradan. Este retroceso no es real, sino una ilusión óptica; nuestra Tierra en ciertos momentos sobrepasa a los otros astros, y entonces se ven como si retrocedieran.
Pero a la vez que no es real, por otra parte sí lo es
Y es así porque energéticamente nos influye, y además, desde el punto de vista de la rueda zodiacal, es algo real que los astros que retrogradan van hacia atrás en la rueda zodiacal, porque esa rueda, llamada eclíptica, se acelera y deja atrás al planeta.
El efecto del planeta retrógrado lo podemos catalogar como una ilusión, pero al fin y al cabo, podemos preguntarnos: ¿De qué lado está lo ilusorio y de qué lado está lo real?
El mundo que vemos es nuestra realidad, pero ya sabemos que desde el punto de vista cuántico, es una ilusión, que aquello que vemos como sólido es en realidad un compendio de átomos y moléculas vibrando.
Asimismo, un astro en retroceso nos conecta con nuestro mundo interno, aparentemente ilusorio, mientras que “afuera” está lo real, lo tangible, que se acopla al movimiento de avance de los planetas, pero, ¿quién dice que ese mundo tangible no sea lo verdaderamente ilusorio?
En todo caso, nos movemos entre dos realidades, eso que en un plano más elevado llamamos “mundos paralelos”.
Los astros en retrogradación
Nos pueden conectar con ese mundo paralelo y hacernos evadir un tanto de nuestro mundo “tangible”, cada quien dentro de su grado de evolución.
Mercurio retrógrado es el más poderoso porque la mente es la que crea nuestras realidades; Saturno en retroceso nos libera de disciplinas cotidianas pero nos aprieta la disciplina del espíritu; Plutón transforma, cuando avanza, lo externo, y cuando retrocede, lo interno…
Júpiter en su período de retroceso nos conecta con un mundo ideal, cuando avance, ese mundo debe plasmarse en algún modelo tangible. Neptuno nos conecta con el más allá; cuando retrocede, ese “más allá” se manifiesta en nuestro subconsciente y al avanzar, aflora como una premonición.