Somos bipolares, como Perséfone, y nos encanta oscilar entre los dos polos hasta alcanzar el punto neutro, el punto de equilibrio, o el punto de vacío, donde experimentamos la paz y la tranquilidad.
Somos como Perséfone — Mito de Perséfone
Este es el mito de Perséfone…
Nació la hija de Zeus y Deméter, Perséfone (hija de Cronos y Rea, hermana de Zeus y diosa de la fertilidad y el trigo). Su tío Hades, el dios de los infiernos y hermano de Zeus, se enamoró de ella y la secuestró un día.
Cuando la joven se disponía a recoger un lirio (o, en algunos relatos, un narciso), la tierra se abrió y Hades entró por el hueco y se la llevó. Estaba recogiendo flores con sus amigas, las ninfas y hermanas de su padre, Atenea y Artemisa.
Diosa de los Infiernos
Así que Perséfone fue elevada al estatus de diosa del infierno. Seguramente Zeus participó en el secuestro, pero como Deméter no estaba allí, inició un largo y triste viaje para encontrar a su amada hija, durante el cual la tierra se volvió estéril.
Cuando Perséfone acabó comiendo una semilla de granada mientras estaba en el infierno, se desconoce si lo hizo por voluntad propia o en respuesta a la tentación de Hades. Finalmente, Zeus se sintió mal y ordenó a Hades que la trajera de vuelta, pero esto ya no era posible.
El problema era que comer cualquier cosa del Tártaro significaba estar permanentemente atado a él.
Para facilitar las cosas, Zeus hizo arreglos para que Perséfone pasara una parte del año con Hades y la otra con su madre en la Tierra, mientras Deméter prometía cumplir con su papel de germinadora y regresar al Olimpo.
Origen de la Primavera
Según la leyenda, fue a causa de este rapto cuando apareció la primavera. Cuando Perséfone fue llevada a los infiernos, las flores se marchitaron y murieron, pero cuando volvió, florecieron de nuevo para celebrar el regreso triunfal de la joven.
La aparición de las flores se vuelve cíclica, al igual que la presencia de Perséfone en la tierra.
Por otro lado, la tierra se vuelve estéril y comienza la deprimente estación del invierno cuando Perséfone es separada de su madre, Deméter, y encarcelada en el Tártaro, o el inframundo.
Cuando el Invierno llega
Somos seres cíclicos, y es importante ser conscientes de nuestros ciclos para sentirnos más a gusto con nosotros mismos y poder adaptarnos mejor a nuestro entorno actual.
Por ello, no huyas de ti mismo cuando llegue el invierno; en su lugar, estate presente contigo mismo, siente tu tristeza, tu vacío y tu sensación de esterilidad, y luego disfruta de tu abundancia y frescura en tus primaveras más dulces.
Tu relación contigo mismo será más sana y rica cuanto más abraces tu polaridad y menos te enfades con tu lado Hades.
Reconócete a ti mismo cuando te esclavices, cuando te boicotees, cuando los pensamientos de tu invierno exijan tu atención, y cuídate siempre bien para poder nacer de nuevo en la primavera.
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