Durante más de siete horas se podrá apreciar uno de los fenómenos que ocurre 13 a 14 veces cada siglo: el tránsito de Mercurio. El más pequeño de los ocho planetas del Sistema Solar pasará por delante del Sol y concentrará la atención de los profesionales de la Astronomía, pero claro que cualquier persona podrá observarlo bajo dos condiciones.
Retransmisión — El paso de Mercurio frente al Sol
- Primero, protegerse los ojos con los filtros indicados, porque mirar directo al Sol causa ceguera.
- Y, segundo, tener una ayuda óptica como binoculares (adaptados con filtro) o un telescopio con los mismos aditamentos.
Es que como Mercurio solo ocupa 1/160 de la superficie de la estrella, es imposible distinguirlo en el tránsito sin una ayuda, pero quien pueda verlo apreciará un punto pequeño bien definido, a diferencia de las manchas solares también oscuras pero de forma irregular y con frecuencia con un tamaño muchas veces superior al de la Tierra incluso.
Los motivos
Cada cuatro meses más o menos, este pequeño planeta, en donde en la actualidad hay naves orbitando, pasa delante del Sol pero dada la relación de la órbita con respecto a la de la Tierra, solo algo más de una docena de veces coinciden para que pueda ser observado desde acá.
Dadas las órbitas, podemos tener tránsitos en mayo o noviembre nada más. Para los terrícolas solo existen dos tránsitos, Mercurio y Venus, porque los otros planetas están más alejados del Sol que la Tierra.
El tránsito de Venus es más espectacular
Pues siendo mayor ese planeta sí se puede distinguir solo protegiendo los ojos, pero a diferencia del de mañana los tránsitos de Venus solo ocurren en pares cercanos cada más de 100 años: los tuvimos en 2006 y 2012 y el próximo par será en 2117 y 2125.
El de este lunes es el tránsito de Mercurio más largo del siglo, con más de siete horas y media de duración. Solo en 2095 habrá otro casi tan largo.
La ‘mordedura’ inicial del planeta sobre el disco solar ocurrirá a las 6:12 de la mañana y la salida total ocurrirá a la 1:39 de la tarde. Hacia las 9:37 de la mañana más o menos estará en la mitad del recorrido. Durará tanto no porque el planeta sea lentejo.
De hecho se mueve a unos 48 kilómetros por segundo, pero hay que recordar que nuestra estrella tiene un diámetro de 1.341.400 kilómetros y aunque el tránsito no será por toda la mitad, toma su buen tiempo.
Es unas 109 veces más grande incluso que el de la propia Tierra, que sin embargo ofrecería un espectáculo especial si alguien estuviese en Marte, pues desde allí sí se puede ver el paso de nuestro planeta delante del Sol, algo que ocurre cada 26, 79 y 100 años, con uno adicional cada 1.000 años.
El diámetro del menor de los planetas es de apenas 4.879 kilómetros.
Estudios
Cada tránsito es aprovechado por los científicos para hacer distintos cálculos y análisis. Así, en 1631 permitió a los astrónomos medir el aparente tamaño del disco de Mercurio y calcular la distancia del Sol a la Tierra.
Sobre el de mañana estarán los ojos de tres telescopios solares de la Nasa, porque es una ocasión, también, para calibrar equipos. El telescopio Soho medirá el eje de rotación solar y las oscilaciones en la estrella.
Se tendrán más datos de cómo cambia con las horas, los días, los años y las décadas. Pero también se observa lo que sucede en Mercurio. En los tránsitos de 2003 y 2006 se pudo detectar, por ejemplo, cómo la superficie del planeta libera átomos de sodio.
En tierra como en el espacio, numerosos telescopios dirigirán su mirada al fenómeno, que aunque pareciera intrascendente no lo es.
Los próximos tránsitos de Mercurio ocurrirán el 11 de noviembre de 2019 y de ahí habrá que esperar hasta el 13 de noviembre de 2032. El de mañana será observado en América, África y la mayor parte de Asia, aunque toda su duración solo será posible en la mayor parte de Suramérica y de la mitad de Norteamérica al este.
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