El Padre Amorth y la lucha contra el satanismo en la Iglesia

El Padre Amorth y la lucha contra el satanismo en la Iglesia, InfoMistico.com

El Padre Gabriele Amorth, exorcista del Vaticano durante décadas, expone con valentía los desafíos del ministerio del exorcismo en un mundo donde el satanismo crece y la fe disminuye. En esta entrevista, aborda la marginación de los exorcistas, las fallas del nuevo ritual, la estrategia del demonio y la necesidad urgente de recuperar la lucha espiritual en la Iglesia.

Nuevo ritual de exorcismos: críticas del Padre Gabriele Amorth

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Padre Amorth, finalmente se ha publicado la traducción italiana del nuevo ritual para exorcistas. ¿Qué opina sobre ello?

— Sí, ya está lista. Sin embargo, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) rechazó aprobarla el año pasado debido a errores en la traducción del latín al italiano.

Los exorcistas, quienes estamos directamente involucrados en su uso, aprovechamos esta situación para manifestar nuevamente nuestra inconformidad con varios aspectos del nuevo Ritual. Aunque el texto latino se ha mantenido intacto, el contenido del documento se ha convertido en una auténtica farsa. Este ritual supone un obstáculo monumental que podría dificultar nuestra labor frente al demonio.

Una declaración contundente. ¿A qué se refiere exactamente?

Voy a mencionar solo dos ejemplos, y ambos son alarmantes. El punto 15 aborda los maleficios y cómo enfrentarlos. Un maleficio es un daño infligido a una persona mediante la intervención del demonio, lo cual puede lograrse a través de hechizos, maldiciones, el mal de ojo, vudú o macumba.

El antiguo Ritual Romano especificaba claramente cómo actuar en estos casos. Sin embargo, el nuevo texto prohíbe categóricamente realizar exorcismos relacionados con maleficios. Esto es un completo despropósito, ya que estas prácticas son, en al menos el 90 % de los casos, la causa principal de posesiones demoníacas o males vinculados al demonio.

Decirnos a los exorcistas que no podemos intervenir equivale a impedirnos realizar nuestra labor. Además, el punto 16 establece que no se deben realizar exorcismos a menos que haya certeza de la presencia del demonio. Esto es un ejemplo claro de incompetencia:

“La certeza de que el demonio está presente en una persona solo puede obtenerse mediante el exorcismo mismo.”

Lo que es aún más grave, ambos puntos contradicen el Catecismo de la Iglesia Católica, que establece la necesidad de realizar exorcismos tanto en casos de posesión como en aquellos donde existan influencias demoníacas. Además, el catecismo señala que estos ritos deben aplicarse no solo a personas, sino también a objetos afectados por la influencia del maligno.

Las disposiciones del nuevo ritual son una combinación de ignorancia y falta de experiencia, con consecuencias altamente perjudiciales.

¿No se supone que el Ritual fue elaborado por expertos?

¡Para nada! En los últimos diez años, dos comisiones trabajaron en este proyecto: una compuesta por cardenales que redactaron las disposiciones preliminares (Prenotanda), y otra encargada de las oraciones. Sin embargo, puedo afirmar con absoluta certeza que ninguno de los miembros de estas comisiones había realizado un exorcismo, presenciado uno o siquiera comprendía lo que implica esta práctica. Este es el error fundamental de este ritual: fue diseñado sin la participación de expertos en exorcismos.

¿Cómo pudo suceder algo así?

Eso debería preguntárselo a otros. Durante el Concilio Vaticano II, era común que las comisiones contaran con el apoyo de especialistas para guiar a los obispos. Esta práctica continuó en la revisión de otras partes del Ritual Romano, pero inexplicablemente no se aplicó en este caso. Es incomprensible, dado que, si había un tema que requería asesoría especializada, era este.

¿Qué ocurrió entonces?

A los exorcistas nunca se nos consultó. Incluso nuestras sugerencias fueron ignoradas con desdén. Todo el proceso estuvo marcado por una profunda falta de consideración hacia nuestra experiencia.

Por ejemplo, en junio de 1990 se publicó un Ritual provisional, completamente de sorpresa para nosotros, quienes ni siquiera fuimos notificados durante su elaboración. A pesar de ello, nos organizamos para ofrecer nuestras recomendaciones, ya que el texto se suponía destinado a nuestro uso.

Reuní a un grupo de 18 exorcistas de renombre internacional para analizar el documento con detalle. Aunque reconocimos que la primera sección —centrada en los fundamentos evangélicos y teológicos del exorcismo— estaba bien redactada, la parte práctica evidenciaba una falta total de conocimiento en la materia.

Presentamos un detallado informe con observaciones, artículo por artículo, y lo enviamos a las Congregaciones pertinentes y a las Conferencias Episcopales. Incluso entregamos una copia directamente al Papa.

¿Cómo fue recibida su propuesta?

Terriblemente. El Secretario de la Congregación para el Culto Divino afirmó que solo los obispos, no los sacerdotes ni exorcistas, debían ser escuchados en este tema. Además, insinuó que estábamos organizando una campaña en contra del nuevo Ritual, lo cual es una calumnia. Nuestra intención era contribuir de manera constructiva, pero nos enfrentamos a un muro de rechazo y burlas.

¿El nuevo Ritual es ineficaz en la lucha contra el demonio?

Sin duda. Se eliminaron oraciones que habían demostrado su eficacia durante más de doce siglos y se reemplazaron con otras inútiles. Sin embargo, en el último momento, se nos concedió una pequeña esperanza.

¿A qué se refiere?

El cardenal Jorge Medina, entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, añadió una notificación en la que se permite a los exorcistas usar el ritual anterior, siempre que obtengan la autorización de sus obispos, quienes a su vez deben solicitar el permiso de la Congregación. Según el cardenal, esta autorización sería concedida «gustosamente».

¿Por qué este gesto tan inusual?

Fue un intento desesperado del cardenal Medina y del cardenal Joseph Ratzinger para mitigar los graves errores del nuevo Ritual. Aunque no lograron introducir estas disposiciones directamente en el documento, la notificación fue una tabla de salvación para quienes enfrentamos al demonio diariamente […]