En el seno del hogar, las recurrentes pesadillas de los niños pueden trastornar la paz y armonía familiares. En busca de soluciones, una antigua tradición de la cultura Wicca nos propone un camino mágico y amoroso: la creación de un Osito de Protección, un muñeco de peluche imbuido de energías protectoras y calmantes.
El Osito de Protección: Un Talismán Mágico para Alejar las Pesadillas de tus Niños
Esta antiquísima práctica mágica, cuyo objetivo principal es proporcionar seguridad nocturna a los niños, responde a la percepción de que los más pequeños, al igual que los animales domésticos y las plantas, son particularmente sensibles a las vibraciones ambientales.
Por ende, en el caso de existir influencias negativas en el hogar o contactos frecuentes con personas de energía desgastante, estos podrían perturbar los patrones de sueño de nuestros niños.
El amuleto de protección elegido suele ser un osito de peluche, de felpa o de tejido lavable, aunque cualquier figura animal que agrade al niño puede ser utilizada. Sin embargo, la elección del osito de protección no es fruto del azar.
Elaboración de Ositos Protectores
Infundiendo el Poder y la Valentía del Oso en un Peluche
Desde tiempos remotos, el oso ha sido un símbolo de protección y valentía, asociado con la diosa griega Artemisa, protectora de la naturaleza, los niños y las mujeres en parto.
Su valor simbólico como tótem o animal místico de poder, venerado en culturas tan diversas como la de los nativos americanos y los vikingos, lo convierte en un aliado excepcional. Se cree que este tótem confiere una serie de atributos positivos, entre los que se incluyen la valentía, la tranquilidad, la introspección, la paciencia, la capacidad de análisis, el liderazgo, el equilibrio, la vitalidad y la asertividad a aquellos a quienes protege.
Preparar un Osito de Protección es un acto de amor y cuidado que requiere de ciertos pasos y consideraciones.
Primero, es fundamental asegurarse de que el material del osito y las hierbas que se usarán en su preparación no causen alergias o afecten la salud del niño. Luego, se puede proceder a la purificación del peluche, pasándolo por el humo del incienso de sándalo mientras se visualiza que el osito se limpia de todas las energías discordantes.
Realiza un pequeño orificio en la piel del peluche
A través de esta abertura, se introducirá una mezcla de hierbas protectoras, las cuales deben ser de origen natural y preferentemente sin procesar, compradas en herbolarios o tiendas especializadas.
Entre las hierbas sugeridas se encuentran valeriana, manzanilla, romero, ruda, lavanda, salvia, albahaca y verbena. Se aconseja usar un mínimo de tres y un máximo de cuatro diferentes hierbas.
Creando un Amuleto Nocturno
Osito de Protección Cargado de Amor y Tranquilidad para los Pequeños de la Casa
Una vez adquiridas las hierbas frescas, es recomendable dejarlas secar en casa. Cuando estén secas, se separan las hojas para realizar la mezcla.
Durante este proceso, es posible encender una vela dedicada a los ángeles y protectores del niño, visualizando a las hierbas creando un escudo protector alrededor del osito, que luego se extenderá hasta envolver al niño en una capa de tranquilidad.
Después, se extrae un poco de relleno del interior del osito por el agujero previamente hecho. A continuación, se introduce la mezcla de hierbas, asegurándose de que la cantidad no exceda las tres cucharadas. Finalmente, se coloca de nuevo el relleno dentro del osito, y se cierra el orificio con hilo y aguja.
Es posible dejar el osito junto a la vela de los ángeles mientras ésta se consume, tomando todas las precauciones necesarias para prevenir cualquier incidente con el fuego. Finalmente, una vez culminado el ritual, el osito de protección estará listo para ser entregado al niño, quien deberá mantenerlo junto a su cama para protegerlo durante la noche.
Se considera que este ritual adquiere una potencia mayor si se realiza durante una noche de Luna Llena. Sin embargo, más allá del momento elegido, lo que realmente infunde poder a este osito es el amor y la intención con la que se realiza este acto, convirtiéndolo en un fiel protector de nuestros pequeños.
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