Muerte clínica
Durante la muerte clínica, a pesar de la pérdida del contacto táctil con la realidad, la suspensión de la respiración y de la circulación de la sangre, el cerebro sigue vivo durante un período considerable de tiempo. Muere gradualmente, empezando por las neuronas de la corteza de los hemisferios cerebrales y terminando con las estructuras troncales.