Las náuseas actúan como un claro indicador de disconformidad interna, ya sea por conflictos no resueltos, temores profundizados, o la dificultad de aceptar nuevas etapas de la vida como el embarazo. A través de la biodescodificación, se propone una reinterpretación de las náuseas, viéndolas como una oportunidad para el crecimiento personal y el fortalecimiento de la autocompasión.
Náuseas: Mensajes del cuerpo y sanación emocional
Conflictos emocionales y náuseas
Las náuseas constituyen una señal de alerta del cuerpo, anunciando la posibilidad de vomitar, comúnmente descritas como deseos de vomitar o mareos. Este malestar se experimenta principalmente en la garganta, acompañado de un rechazo pronunciado hacia la ingesta de alimentos.
Quienes experimentan náuseas a menudo se sienten en peligro debido a la presencia de una persona o situación específica. El descontento surge al no cumplirse las expectativas, o bien, se manifiesta una fuerte repulsión hacia alguien o algo. Es común que ciertas personas o situaciones provoquen repugnancia.
En el contexto del embarazo, no es raro que las mujeres enfrenten náuseas como expresión de dificultad para aceptar los cambios que esta nueva fase implicará en su futuro. La aversión puede dirigirse al aumento de peso, la alteración de la figura por el embarazo, el temor a perder independencia, la falta de apoyo del compañero, entre otros miedos similares.
Interpretación de las náuseas
Las náuseas envían un claro mensaje: es imperativo modificar la percepción ante los eventos actuales en la vida. Más que alistarse para repudiar o rechazar a alguien o algo por aversión, es crucial examinar qué es lo que realmente genera temor respecto a esa persona o evento.
Puede que se esté exagerando la situación o no se esté plenamente consciente del abanico de posibilidades y de la propia capacidad para enfrentarla.
Autocompasión
Ante la sensación de que todo da vueltas, es preferible optar por girar en un estado de júbilo. La náusea, que se manifiesta con el impulso de vomitar y un malestar general, revela un profundo descontento y el rechazo hacia una persona, idea, situación, o incluso una emoción. Este sentimiento puede traducirse en rebelión, ira, miedo, frustración o incomprensión.
Cuando este rechazo alcanza un punto crítico, puede desencadenar vómitos como una expresión física de dicho rechazo.
Es vital reconocer que se ha asimilado algún aspecto de la realidad o del ser que urge ser expresado. Si no se verbaliza, tal necesidad se manifestará a través de las náuseas.
Específicamente durante los primeros meses de embarazo, las náuseas suelen ser un llamado a aceptar los cambios que la llegada del bebé traerá. Es momento de buscar la serenidad, aceptando procesar las emociones y conflictos que este acontecimiento desata en el día a día.
Cinetosis: El dilema del viajero
La cinetosis, comúnmente conocida como el mal de transporte, se manifiesta con frecuencia al viajar en medios como el automóvil, autobús, avión, barco y tren.
Este trastorno se caracteriza por síntomas como palidez, sudoración fría, y vómitos, que suelen estar precedidos por náuseas. A estos se suman otros como letargo y dolor de cabeza. En muchos casos, la cinetosis esconde un temor profundo a la muerte, ya sea propia o de seres queridos.
Este miedo se intensifica en personas que buscan ejercer control sobre todo, evitando así sentirse atrapadas en situaciones nuevas de las que creen no podrán escapar.
Estas personas se privan de disfrutar el momento presente y de las alegrías que este ofrece. Si regularmente experimentas malestar en los medios de transporte mencionados, es una señal de tu cuerpo para que dejes de intentar controlarlo todo y te permitas exteriorizar tus miedos.
Esta incomodidad rara vez ocurre cuando la persona está sola, lo que lleva a reflexionar sobre la confianza en los demás y en sus capacidades para ofrecer soluciones.
Explora la confianza en los demás y en el universo
Tu cuerpo te está indicando la necesidad de aprender a relajarte, a confiar en los demás y en el Universo. Aquellos que depositan su confianza en el universo suelen ser bien cuidados.
Sensación de inseguridad y desconcierto
Esta situación altera las rutinas establecidas, generando una sensación de pérdida de control sobre los eventos de la vida.
El temor a lo desconocido
Es crucial desarrollar confianza en el futuro y estar abierto a nuevas experiencias, entendiendo que estas contribuirán a tu crecimiento personal.
La sensación de mareo
El mareo representa la falta de control sobre los acontecimientos, el dejarse llevar por la vida, y el temor a perderlo todo.
Vivir sin «tener los pies sobre la tierra» produce una inseguridad que se magnifica ante la ansiedad por el futuro y lo desconocido, manifestándose a menudo como náuseas. Es importante introspectar sobre aquello que es difícil de «digerir» o lo que se desea expulsar pero no se ha aceptado.
No es raro que el malestar en los medios de transporte esté vinculado al miedo (consciente o inconsciente) a la muerte, lo que subraya la importancia de enfrentar y desmitificar estos temores.
Interpretación y sanación de los vómitos
El vómito representa la expulsión involuntaria y enérgica del contenido gástrico a través de la boca.
Cuando el vómito surge como respuesta a percibir a otro individuo como indigno o repulsivo, es crucial emprender un camino hacia la aceptación y el perdón. Cabe destacar que aceptar a alguien no implica concederle la razón o estar en acuerdo; más bien, se trata de reconocer y observar con compasión.
Proceso hacia el perdón
Es fundamental recordar que la curación se inicia en el momento en que uno se otorga el perdón.
Este proceso no solo transforma nuestro amor propio, sino que también tiene un impacto profundo en el corazón y la circulación sanguínea del cuerpo físico.
La sangre revitalizada por el amor redescubierto actúa como un elixir, recorriendo el organismo y restableciendo la armonía celular. Aunque pueda parecer increíble a nivel intelectual, ¿qué se pierde con intentarlo?
Las fases del perdón auténtico, vividas por innumerables individuos con resultados notables, son las siguientes:
Identificación de emociones
Es común experimentar múltiples emociones simultáneamente. Reconoce tanto las autoacusaciones como las dirigidas hacia otros, y cómo estas te afectan emocionalmente.
Aceptación de responsabilidad
Ser responsable implica reconocer la capacidad de elegir entre responder con amor o con miedo. Reflexiona sobre tus miedos, incluido el temor a ser juzgado por tenerlos.
Empatía y liberación
Para alcanzar la liberación y aceptación del otro, es útil ponerse en su lugar y comprender sus motivaciones. Reconoce que, probablemente, el otro también se autoinculpa y te culpa de lo mismo que tú a él, compartiendo los mismos temores.
Auto perdón
Este paso es crucial dentro del proceso de perdón. Consiste en otorgarte el permiso de haber sentido y de seguir sintiendo miedo, así como de poseer creencias, debilidades y limitaciones que te causan sufrimiento y condicionan tus acciones. Aceptarte como eres en el presente, consciente de que es una condición temporal.
Avanzando hacia el perdón
Cultiva el deseo de perdonar
Como preparativo para el sexto paso, visualízate junto a la persona concerniente, en el momento de pedirle perdón por haberla criticado, juzgado o condenado. Estarás listo para este paso cuando la idea de compartir tu vivencia con esa persona te llene de alegría y sensación de liberación.
Encuentro con la persona
Acércate a la persona implicada para expresarle tu experiencia y solicitarle perdón por las acusaciones o juicios emitidos y por cualquier resentimiento mantenido. Revela que la has perdonado solo si ella te lo pregunta.
Conexión con una figura de autoridad
Recuerda un incidente pasado con alguien que haya representado una autoridad para ti (padre, madre, abuelos, maestro, etc.), preferentemente del mismo género que la persona a quien acabas de perdonar.
Repite los pasos anteriores (identificar tus emociones, asumir tu responsabilidad, perdonarte) con esta figura de autoridad. Cuando el sentimiento emergente sea dirigido hacia ti, vuelve a aplicar los pasos, enfocándote en la conexión y reconciliación tanto con esa figura de autoridad como contigo mismo.