El pasado 21 de diciembre, la humanidad presenció una fecha que, contra todo pronóstico, no marcó el final de nuestros días. A pesar de las numerosas teorías apocalípticas que circulaban con fervor, el día transcurrió sin incidentes notables, dejando atrás un cúmulo de especulaciones y miedos infundados.
5 escenarios apocalípticos de 2012 desmentidos por la Ciencia
Nibiru, Tormentas Solares y Más
En este contexto, un sitio especializado como Space.com buscó la voz de la razón en la NASA, donde expertos desmitificaron cinco escenarios catastróficos que, según ellos, definitivamente no tendrían lugar en diciembre de aquel año.
Planeta Nibiru
Entre las historias más difundidas estaba la del Planeta Nibiru, un supuesto cuerpo celeste errante que, liderado por la teoría de una autodenominada experta, prometía desatar una catástrofe sin precedentes sobre la Tierra.
Originalmente, se afirmaba que este evento ocurriría en mayo de 2003, pero ante la ausencia de desastres, la fecha se pospuso al fatídico 21 de diciembre de 2012.
La NASA, por su parte, aseguró con total certeza que Nibiru no es más que un fantasma nacido de la imaginación y la pseudociencia, desacreditando por completo su existencia.
Súper tormenta solar
Asimismo, se temía la llegada de una súper tormenta solar, un fenómeno que, si bien ocurre periódicamente, no representa una amenaza catastrófica para nuestro planeta.
Estas tormentas, caracterizadas por ser diluvios de partículas energéticas solares, pueden afectar los sistemas satelitales y generar hermosas auroras, pero nada más allá de eso. La idea de que una tormenta de magnitud apocalíptica coincidiría con la mencionada fecha se quedó sin fundamentos, según explicaciones de expertos, despejando así cualquier duda sobre posibles efectos devastadores en la Tierra.
Alineación cósmica
Surgieron inquietudes sobre una posible alineación cósmica que, según algunas teorías, podría tener efectos significativos sobre la Tierra.
La idea de que el Sol se alinee con el centro de la galaxia el 21 de diciembre alimentó temores de transformaciones terrestres. Sin embargo, este fenómeno, lejos de ser extraordinario, sucede con regularidad dos veces al año, y cualquier cruce del Sol por el plano galáctico es un proceso que tomará millones de años, dada la considerable distancia que nos separa de dicho plano.
En cuanto a la alineación planetaria, otro tema que despertó curiosidad, se aclaró que no se preveía tal evento para la mencionada fecha. Además, aunque tal alineación ocurriese, los expertos aseguran que no tendría impacto alguno sobre nuestro planeta, despejando así cualquier temor a consecuencias catastróficas derivadas de estos supuestos alineamientos cósmicos.
Cambio de los polos terrestres
Otro tema que capturó la imaginación de muchos fue el temido cambio de los polos terrestres, tanto magnéticos como geográficos.
A pesar de la especulación, la ciencia ofreció una perspectiva tranquilizadora: mientras que los polos magnéticos sí experimentan inversiones, estos sucesos se extienden a lo largo de cientos de miles de años y están lejos de ser repentinos o catastróficos.
La estabilidad proporcionada por la Luna y la ausencia de evidencia de una inminente inversión de polos para diciembre de 2012 ofrecieron un sólido terreno para descartar esta preocupación.
Impacto meteorito
Por último, el temor a un impacto cósmico, tal como el que extinguió a los dinosaurios, fue otro escenario contemplado.
A pesar de la vulnerabilidad inherente de la Tierra a estos fenómenos, se confirmó que no había asteroides o cometas en curso de colisión con nuestro planeta para la fecha en cuestión.
Este último desmentido cerró el círculo de aclaraciones, subrayando que, lejos de enfrentarnos a un destino apocalíptico, el 21 de diciembre de 2012 pasaría a la historia como un día más en nuestra existencia colectiva, libre de catástrofes anunciadas.