En nuestras vidas, aunque un episodio equivalga a una “caída”, una pérdida, una profunda herida siempre hay otro capítulo que nos espera y después otro, y otro, y otro más… Siempre hay oportunidades de arreglarlo, de configurar nuestras vidas de la manera que merecemos.
Mujer — No hay que perder el tiempo odiando un fracaso
Cuando una Mujer se esfuerza por intervenir y luchar contra su propio demonio, cualquiera que éste sea, su esfuerzo es una de las batallas más dignas que se pueden emprender…
Aunque la mujer pudiera llegar hasta el fondo del mayor de los abismos por medio de la captura, el instinto herido, las elecciones destructivas y todo lo demás, el fondo es el lugar que alberga las raíces de la psique.
Allí están los apuntalamientos salvajes de la mujer. El fondo es el mejor terreno para sembrar y volver a cultivar algo nuevo. En este sentido, alcanzar el fondo, aunque sea extremadamente doloroso, es llegar al terreno de cultivo.
Mujer que ha perdido el control
La Mujer que ha perdido el control, que ha perdido el equilibrio, cuando llega a comprender el estado de privación que está viviendo, alcanza una valiosa y especial sabiduría.
La Mujer que posee esta Sabiduría
Es como un Sagüaro, un espléndido y hermoso cactus que vive en el desierto A los Sagüaros se los puede llenar de orificios de bala, se les pueden practicar incisiones, se los puede derribar y pisotear, y ellos siguen viviendo, siguen almacenando el Agua que da la Vida, siguen creciendo salvajes y, con el tiempo, se curan.
No hay que perder el tiempo odiando un fracaso,
el fracaso es mejor maestro que el éxito.Presta atención, aprende,
y sigue adelante…
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