Kislev, un mes del calendario hebreo, marca una temporada especial donde convergen la historia, la espiritualidad y la celebración. Es un período que captura la esencia de la fe judía, entrelazando la historia antigua con principios espirituales atemporales.
Mes de Kislev y Janucá: Un puente entre dos meses
Janucá, la «Fiesta de las Luces», es única en el calendario judío por abarcar dos meses distintos: Kislev y Tevet. Este festival conmemora la victoria de los Jashmonaim (Macabeos) sobre el imperio helénico y el milagro del aceite en el Templo.
La duración de Janucá simboliza no solo un milagro histórico, sino un puente entre el pasado y el presente, invitando a los fieles a reflexionar sobre la continuidad y la supervivencia de su fe a lo largo del tiempo.
Kislev es un mes de dualidades: se caracteriza por sus lluvias invernales, pero también por las luces de Janucá. Estos elementos naturales y simbólicos reflejan dos aspectos de la fe: la «bitajón» (confianza) y la acción.
Mientras las lluvias pueden ser vistas como una bendición divina pasiva, las luces de Janucá representan la fe activa y la resistencia de los Jashmonaim contra la opresión cultural y religiosa.
El 19 de Kislev, día de la liberación de Reb Shneur Zalman, fundador del Jasidismo Jabad, marca otro hito importante. Este día simboliza la difusión de una sabiduría espiritual profunda, un llamado a integrar las enseñanzas del Jasidismo en la vida cotidiana. La historia de su encarcelamiento y posterior liberación es un poderoso recordatorio de la resistencia y la fortaleza de la fe judía.
La Letra Samej y el Color Azul Violáceo
La letra hebrea Samej, asociada con Kislev, significa «apoyo» o «sostén». Su forma circular simboliza la omnipresencia y la providencia divina, un concepto profundamente arraigado en la fe judía. La idea de que Dios sostiene y protege constantemente a su pueblo es central en la espiritualidad de Kislev.
Mazal de Kislev: «Keshet» (Sagitario)
El signo zodiacal de Kislev es Sagitario, simbolizado por el arco. Esto refleja la habilidad de los Jashmonaim, quienes, armados con su fe y confianza en Dios, se levantaron con valentía contra sus opresores.
La tribu de Benjamín, conocida por su destreza en el tiro con arco, está también conectada con este mes, representando la combinación de habilidad y fe.
Cohanim y Benjamín: Encuentro de almas en el templo sagrado
El Arco de Benjamín y la Paz Celestial: Síntesis espiritual en el Judaísmo
En el judaísmo, la comprensión de la historia y la espiritualidad de las tribus de Israel es fundamental. Entre estas tribus, los Cohanim y Leviim ocupan un lugar especial. No están asociados a los meses del año como las otras tribus, según enseñanzas del Arizal.
Los Cohanim son vistos como una encarnación espiritual que abarca y refleja la esencia de todas las tribus, representando una dimensión integral del alma judía.
Esta noción es particularmente evidente en la relación entre los Cohanim y la tribu de Benjamín. El Templo sagrado, situado en la región de Israel correspondiente a Benjamín y donde los Cohanim ejercían sus funciones, simboliza el vínculo profundo entre estas dos entidades.
Esta relación se asemeja a la conexión íntima entre el alma y el cuerpo, siendo cada una indispensable para la otra.
El arco de Benjamín, simbólico de un conflicto sagrado, es enfrentado y superado por los Cohanim. Este enfrentamiento es, en realidad, una extensión del concepto de paz entre Dios y la Creación, representado por el arco iris de Jeshván.
En la tradición judía, se ve este enfrentamiento como una fusión de fuerzas opuestas, uniendo lo celestial y lo terrenal…
